Analizando los mandamientos 3ª Parte.
Rab Arí Yaakov
Rabino de las Sinagogas Bet HaDerej
ariyaakov@hotmail.com
¡Shalom lekulám-Paz a todos! Esta semana hemos cambiado el nombre a esta sección con motivo de causar el interés de los usuarios de nuestra web y que no pierdan la oportunidad de estudiar semanalmente de estos comentarios. De modo que es el titulo el que cambia, sin embargo, esta seria la 3ª parte de esta serie de comentarios. Que Con ayuda del Cielo sea engrandecida la torá en nosotros.
6-Comer la cena de Pésaj.
(5ª mitzvá positiva.)
Shemot-Exodo 12:8 Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes sin levadura: con hierbas amargas lo comerán.
La Torá nos enseña que Pesáj o el paso del angel vengador para herir a todo primogénito egipcio tiene que ser recordado por un medio pedagógico, claro está que nuestros sentidos quedan como testigos fieles de acontecimientos que con tan solo oler, escuchar ver o sentir somos capaces de traer a recuerdo, y más allá, reavivar lo acontecido, es por medio de la pierna de cordero, el maror-hierbas amargas y el sabor de la matza que podemos unirnos a nuestros ancestros en la tierra de Egipto a pesar de la diferencia de tiempo.
Podríamos pensar que todo lo que la tora nos pide es metafórico, sin embargo, aun el Eterno nos involucra por medio de no solo emplear nuestro intelecto o espiritualidad, sino también nuestros sentidos físicos para lograr una sincronía entre nuestro pueblo que vivió en el año 2448 del calendario hebreo y los judíos que vivimos en el presente año como un solo pueblo en su mano.
Para refua shelemá de Miryam bat Sará.
7- No comer la carne del cordero de Pésaj semi asado o hervido.
(2ª mitzvá negativa.)
Shemot-Exodo 12:9 Ninguna cosa comeréis de él cruda, ni cocida en agua, sino asada al fuego; su cabeza con sus pies y sus intestinos.
Imagine que se encuentra en la parte más pública de un gueto nazi al amanecer, y justo cuando los soldados izan la bandera con la esvástica usted se está colocando los tefilin y comienza a entonar en voz alta los tehilim que conforman la liturgia hebrea. ¿Tendría el valor de hacerlo? ¿Rendiría adoración al Eterno delante de sus perseguidores?
La mitzva de no comer el cordero de Pésaj sino asado, tiene como uno de sus propósitos el hacer evidente para los egipcios que Israel es libre, el aroma de la carne asada traía a los egipcios un conflicto. El contraste entre ver a nuestro pueblo horneando ladrillos como esclavos contra el que ahora asaban un cordero para cenarlo festivamente mientras el país estaba en ruina, se asemeja a lo dicho por el Rey David Tehilim-salmo 23:5”preparas mesa para mi, delante de mis enemigos”.
Otra posible interpretación seria el hecho de que el asado libera a la carne de la mayor sangre posible, no así el hervido ya que se estaría hirviendo en su propia sangre.
Para parnasá tobá de Itzják ben Shaul.
8-No dejar nada del cordero para el día siguiente.
(3ª mitzvá negativa)
Shemot-Exodo 12:10 Ninguna cosa dejaréis de él hasta la mañana; y lo que habrá quedado hasta la mañana, habéis de quemarlo en el fuego.
Este mandamiento esta conformada por dos mitzvot a la vez, una negativa y otra positiva.
1- No dejar nada de el hasta la mañana. neg
2- Lo que sobre quemarlo. Pos
Esto tiene que ver en estricto sentido con un orden de tiempos, sabemos que el día siguiente a Pésaj comienza la festividad de jag hamatzot-o festividad de panes ázimos, lo cual requiere su espacio y tiempo de preparación y observancia, sería incorrecto el mezclar la ofrenda de una festividad pasada con el de una festividad del momento, esto se aprende de cuando se recolecta el ma’aser o diezmo de los árboles, dicen nuestros sabios que a partir del día 15 del mes de shevat debe recolectarse este diezmo, los frutos recogidos antes de esta fecha se consideran no aptos para mezclarse con los recolectados después de tal día.
Podemos comprender que cuando el Eterno da mandamientos que tienen que ver con tiempos y lugares específicos es para entrar en esa dimensión del “fuera del tiempo y espacio” porque de ese modo, nos estamos uniendo con los judíos de todas las generaciones en el mismo momento y en el mismo sitio, no obstante de las diferencias geográficas y cronológicas.
Para refuá shelemá de Samáj bat Sará.
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