Adjuntar la Ética a la Vida, no es de ninguna manera algo que apenas ahora acontece, es la raíz de toda Ética y de todas las Éticas y de la Teología Moral que se han llevado a cabo desde siempre. Sin embargo, el término Bioética es el que tiene novedad y una significación especial en nuestros días. Se trata de La Ética en particular aplicada a la Medicina actual. En el presente estudio, después de una pequeña introducción sobre la Ética global y refrescar algunos datos sobre los orígenes de la Bioética, de su punto de partida, y de la “Metabioética”, trataré de sintetizar dos corrientes del pensamiento actual sobre la Bioética, la Bioética que llamaré cerrada al Trascendente y la que llamaré abierta al Trascendente, insistiendo sobre el fundamento, significado, principios y consecuencias de ambas. Dentro de la Bioética cerrada al Trascendente me extenderé un poco sobre algunos rasgos del pensamiento post moderno que luego concretizo en sus consecuencias para la Bioética, en el llamado “Nuevo Paradigma”. Terminaré con una pequeña síntesis sobre aplicaciones de la Bioética abierta al Trascendente en diversos problemas que plantean posiciones actuales en Biogenética en el ámbito católico.
Introducción
Llama fuertemente la atención que al final del mes de enero de 2004, consultando internet sobre el concepto “Ética”, se encuentren en la red 3.434,013 páginas que se ocupan del argumento. Ya hablando de la Ética global, se encuentran 475,033, y en especial de Bioética, 146,239. Es un claro signo del interés que en nuestros días suscita este tema. Hojeando algunas de estas páginas he encontrado como autores señalados y sus conceptos fundamentales, los siguientes: Hans Jonas, que nos habla de la Ética del límite, Raimundo Panikar, que se refiere a la Ética participada, Edgar Morin que sostiene la Ética de la tierra como patria, Juliano Pontara que describe la Ética del rostro, varias ONGs que se centran en la Ética del Desarrollo sostenible, la UNESCO que sostiene la Bioética del consenso, pluralista, pluricultural, de procedimientos, sustitutiva de la Ética médica tradicional. Y en especial, de ello hablaremos más detenidamente, “El Nuevo Paradigma ético”.Los conceptos claves y nueva terminología que se perfila son entre otros los siguientes: virtual, globalización, redes multimediales y educación, hipertextos éticos, censura, privacidad, comunidad virtual, ciudadanía activa, pluridisciplinariedad, transparencia, participación, comunicación, diversidad cultural, Ética de resultados, Ética pragmática, Ética global, Ética universal, etc.En especial se insiste en la necesidad de una Ética global pues nos encontramos en la época de la globalización. Hay una circulación cada vez más creciente, a través de las fronteras políticas y geográficas de gente, capitales, mercancía, información. Hay nuevas tecnologías en las que descuella la informática, y la estandarización productiva y financiera. Consecuentemente han crecido las relaciones sobre territoriales, hay una densidad de redes tansnacionales, se ha mundializado el capitalismo de libre mercado, se exigen nuevas relaciones económicas, financieras, sociales, políticas, culturales y por supuesto también éticas. Por esto ahora se apunta a la Ética global y se afirma por algunos que la antigua Ética no es capaz de normar el nuevo mundo que está brotando. Esta nueva Ética será a la medida del mundo tecnológico actual, y no a la medida de épocas pasadas. Se prevé una Ética a la medida del hombre, que por supuesto no lo trascienda y se quede en su mismo plano sin aceptar antiguos mitos ya superados de seres superiores que norman la conducta humana. Dentro de estas coordenadas intentamos ahora adentrarnos en los problemas que hoy presentan las nuevas Bioéticas.
1. Algunos datos sobre los orígenes de las Bioéticas.
Podríamos encontrar el origen de la Bioética en el libro de Giuseppe Antonelli, escrito en 1891 y que titulaba “Medicina Pastoralis in usum Confessariorum”. En el siglo XX aparecen muchas Deontologías médicas, y no cabe duda que Pío XII con todos sus discursos a los médicos, es un precursor de la moderna Bioética.El que empieza a tratar cuestiones de Bioética desde un punto de vista subjetivo es J. Fletcher que en 1954 publica su libro “Moral and Medicine”.La novedad de este libro es que en lugar de seguir el método tradicional de acuerdo al cual los mandamientos de la ley de Dios daban la pauta para actuar, ahora él habla más bien de los derechos humanos sacando conclusiones contrarias a los mandamientos, por ejemplo, diciendo que se tiene derecho a controlar los nacimientos, por tanto se legitiman los anticonceptivos. Tiene como principio que no se puede ver en los acontecimientos la norma o voluntad de Dios, y que por tanto cada quien proceda como crea conveniente.Algunos ponen el origen de la Bioética todavía antes, en el proceso de Nüremberg, 1947, cuando se condena a los criminales nazis por los experimentos genéticos. Otros piensan que empezó propiamente la bioética cuando se puso sobre el tapete el problema de los primeros transplantes y de la donación previa de órganos, especialmente cuando el transplante de corazón hecho por el Dr. Barnard en diciembre de 1967. Para otros, cuando se comienza a discutir sobre los problemas del recién descubierto DNA por P. Berg, en 1971.Pero quienes empiezan a hablar de Bioética son dos católicos, un médico y un filósofo, Hellegers y Callahan, quienes en Estados Unidos, cerca de Nueva York, fundan sendos centros de Bioética. Los centros de bioética fueron el “Hastings Center” en 1969 y el “Joseph and Rose Kennedy Institute for the Study of human Reproduction and Bioethics”. Luego en 1971 surge el “Kennedy Institute of Ethics”. El año clave es 1968, y el documento es la Encíclica “Humanae Vitae” de Paulo VI. A. Hellegers era miembro de la entonces Comisión Pontificia de la Familia, se opuso a la “Humanae Vitae”; se fundaron entonces los centros aludidos buscando una Bioética independiente del Magisterio de la Iglesia. Primero hablaron de centros inspirados ecuménicamente, después se fueron secularizando hasta negar cualquier nexo entre bioética y teología. A Hellegers se unieron investigadores como L. Walters. T. Beauchamp, J. Childress, W. Reich, y teólogos como B. Häring, R. McCormick, C. Curran, S. Hauerwas , J. Fuchs y el protestante P.Ramsey. Posteriormente Callahan intenta regresar a una bioética con raíces religiosas. Da la misma parte católica se encuentran tentativos en esta dirección tanto en el mismo Kennedy Institute, como después en la Universidad de Georgetown en su “Center for the Advanced Study of Ethics”. Son de considerar aquí los nombres de E.D. Pellegrino, D.C. Thomasma, B. Ashley, y K. O’Rourke, en Estados Unidos de América.
El término Bioética aparece por vez primera con Van Rensellaer Poter quien en 1970 escribe un artículo: “Bioethics, the Science of survival” y en 1971 escribe su libro: “Bioethics: Bridge to the future”. Desde entonces se multiplicaron los centros de Bioética, en la UNESCO se estableció uno y se fundaron muchos otros, especialmente en los hospitales.
2. Punto de partida
Se han dado muchas y muy variadas definiciones de Bioética. Entre ellas elijo como punto de partida, una, tomada de la Enciclopedia de Bioética de W.T. Reich (Enciclopedy of bioethics, The Free Press, New York, 1978, vol I, XIX):
“El estudio sistemático y profundo de la conducta humana en el campo de las ciencias de la vida y de la salud, a la luz de los valores y principios morales”.
Se trata de un estudio científico, ordenado desde principios fijos y en consecuencia con los mismos, llegando, por decirlo así, a sus últimas causas. Se trata de un estudio que necesariamente debe ser en diálogo multidisciplinar, pues supone las diversas ciencias actuales de la vida y de la salud. Ahora bien, en la actualidad dichas ciencias están muy aventajadas, baste recordar la Biogenética, la Ingeniería genética, las ciencias del ambiente, la Ecología, la Sociología, por supuesto, la Antropología, y todas las ciencias médicas actuales. Se trata de un estudio relacional y holístico. Estructuralmente hablando es un estudio sistemático de la conducta humana en el campo de las ciencias de la vida y de la salud desde el punto de vista biológico, económico y financiero, familiar, comunitario y social, jurídico, normativo, político, nacional e internacional, mental, psicológico y cultural, por tanto, religioso y así necesariamente ético, que exige ser considerado en su complejidad a la luz de los valores y principios morales. En este sentido, y no sólo en el científico y técnico podemos verdaderamente decir que la Medicina ha progresado más en los últimos cincuenta años que en los últimos cincuenta siglos.En este contexto, el problema fundamental de la Bioética, su problema básico, es el problema de sus principios. Es el estudio científico de la conducta humana en el ambiente de las ciencias de la vida y de la salud, de acuerdo a los valores y principios morales, y la pregunta se perfila luego, ¿cuáles valores?, ¿cuáles principios morales?. La respuesta en el ámbito católico no es difícil, pero la Biogenética se desarrolla muy fuertemente en el campo no católico, en especial de raíces protestantes y positivistas, y en este campo no son claros ni los valores ni los principios morales. Priva especialmente el Positivismo ético y en él, con frecuencia no es posible hablar con profundidad lógica de dichos principios. Es evidente que una Bioética ilógica es absurda. Si buscamos esta profundidad más allá de una bioética prescriptiva o normativa meramente formal, nos encontramos en un terreno que quizá pudiéramos llamar “Metabioética”. Que sería propiamente el punto de partida de la Bioética. A continuación ensayo una muy somera descripción de los puntos principales que subyacen en esta “Metabioética”.
3. La “Metabioética”
Para empezar podemos decir que en líneas generales nos vamos a encontrar con dos Bioéticas: una, abierta al Trascendente, y otra, cerrada. Sus raíces se hunden muy hondo en el pensamiento interpretativo del mundo. Se van insinuando una serie de posiciones que van madurando poco a poco en un sentido o en el otro y en la actualidad nos dan como resultado estas dos clases de Bioética, una cerrada al Trascendente y otra abierta. Estos pensamientos claves constituyen lo que hemos llamado “Metabioética”, más allá de la Bioética, sus raíces, los pensamientos originales que dieron lugar a las posiciones que ahora se formulan. Sin introducirnos al complejo pensamiento oriental, sino permaneciendo en la esfera cultural occidental, nos vamos a encontrar con dos maneras de pensar que se han opuesto más o menos contradictoriamente entre sí con relación al punto ético como consecuencia lógica de su mundo mental. Ambas maneras tienen en su haber grandes éxitos pero también grandes fracasos.
Hay dos ejes del pensamiento occidental de cuya comprensión dependen hasta cierto punto las diversas concepciones éticas. Son “Ser y Devenir”, “Ser y Pensar”. En el correr de la historia del pensamiento, se van acumulando una serie de conceptos que de la relación entre ambos ejes y de la respuesta que se dé a cada miembro de cada eje va a depender la posición ética que se adopte. El pensamiento siempre se encuentra matizado y rara vez redactado en forma completamente excluyente, pero finalmente, ambos ejes van a dar como resultado una Bioética cerrada al Trascendente o bien una Bioética abierta al Trascendente. Desde otro punto de vista pudiéramos decir que nos van a da una Bioética “objetiva” o bien una Bioética “subjetiva”.
I. La Bioética cerrada al Trascendente.
1. Ser y Devenir
Ya en la antigüedad clásica griega nos encontramos con Parménides y Heráclito. La concepción parmenidiana del “‘einai kai panta” (uno y todo) inmovilidad; y la heracliana del “panta rei” (todo evoluciona), movilidad. El genial pensamiento clásico griego conjugará con Aristóteles las dos disyuntivas en el hilemorfismo. Muchos siglos después, frente al Nominalismo, Santo Tomás de Aquino dirá “ens est id quod est” (el ser es lo que es), la realidad objetiva; en cambio Duns Scoto, afirmará: “ens est id quod potest esse” (el ser es lo que puede ser) la mera posibilidad. Es muy importante en la línea de pensamiento el citado Nominalismo de Guillermo de Occam, para quien el universal no pasa de ser una mera emisión de voz y por tanto no hay verdades universales, ni por lo tanto habrá normas con obligación universal. En la Escuela de Oxford, ya Roberto Grossetete dirà que la esencia “metafísica” de las cosas es la luz; y dentro de un Empirismo en pleno devenir se perfilarán los pensamientos de los dos Bacon, de Hobbbes, Locke y Hume.
2. Pensar y Ser
El parte aguas viene con René Descartes o quizá mejor, con sus epígonos. La disyuntiva es: ¿porque el ser es lo pienso, o bien el ser es porque lo pienso?. Si se acepta el primer miembro de la disyuntiva, existe una verdad objetiva; si el segundo, la verdad es lo que yo acepte como tal.En el contexto de la segunda parte de la disyuntiva se ha forjado gran parte del pensamiento actual que tiene sus decisivas consecuencias en cuanto a la Ética pues significa la absoluta autonomía del hombre que es quien decide en último término qué es verdadero y qué es falso, qué es bueno y qué es malo. Esta plena autonomía se deducirá también desde otros puntos clave en el pensamiento cartesiano, el las ideas “claras y distintas” que competen sólo a las substancias: Dios, la conciencia y la extensión. La condición básica para que algo sea considerado como substancia es su plena independencia; dice Descartes que una una substancia, “est id quod ita existit ut nulla alia re indigeat ad existendum” (es aquello que así existe que no necesite de nada más para existir). Esta concepción cartesiana llevará posteriormente a la plena independencia y autonomía del hombre. El hombre en sí mismo sería absurdamente su mismo proyecto. Su misma realidad presente sería su proyecto futuro; y en el mejor de los casos, a la manera de Engels, el “ateo piadoso”, su proyecto sería el mito resultante de la multiplicación de sus propios deseos hasta el infinito matemático. Kant por su parte, al negar la posibilidad de acceder al “noùmeno” se extiende en la Ética a una subjetividad autónoma colectiva y formal con su “Imperativo Categórico”. Hegel por su parte le da consistencia política a esta subjetividad al poner la máxima realización del “espíritu” en el Estado. Posteriormente, por el camino de Engels y Marx “se hará caminar a Hegel con los pies” en el Materialismo dialéctico, teniendo como fuente única de moralidad en la autonomía del Materialismo histórico consecuente, la sociedad sin clases.
3. Estaticidad de la Naturaleza
La conclusión es una Ética meramente subjetiva, opuesta a la objetividad de la naturaleza que no es más considerada como real. Consecuentemente se afirma que la Etica “objetiva”, fundada en la naturaleza, es algo fruto de la ignorancia, pasada de moda. Y aquí entran las ciencias experimentales, pues se piensa que éstas necesariamente rechazan el concepto de naturaleza como algo estático. Especialmente en el campo de la medicina, se dice que hasta hace poco la medicina se encontraba en el campo de lo observable, en cambio ahora toda su acción se desarrolla en el campo de lo “manipulable”.
Pasando del plano científico al plano religioso, también la concepción cristiana protestante ha impugnado fuertemente el concepto mismo de naturaleza, al menos de naturaleza humana, pues la considera esencialmente viciada. Siendo así la naturaleza, es lógico que no pueda ser norma de moralidad.
4. Corrientes actuales
Con este telón de fondo y en su desarrollo lógico se han ubicado hoy seis corrientes de pensamiento, especialmente elaboradas en el plano de la Ética y que se aplican fácilmente a la Bioética, a saber: El Eclecticismo, que acepta cualquier aserto de conducta, independiente de su sistema, contexto y juicio; elHistoricismo, según el cual la verdad es cambiante de acuerdo a su adecuación a una época determinada de la historia que de por sí va pasando; elCientificismo, en el cual se dice que la única verdad aceptable es la experimentable en el campo científico; el Pragmatismo, en el que las decisiones éticas hay que tomarlas teniendo sólo como criterio la utilidad, según el binomio costo / beneficio, y guiándose para ello por la opinión de las mayorías; el Nihilismo, en el que simplemente se renuncia a la capacidad de llegar a verdades objetivas.
5. La Postmodernidad
Dada la importancia ética del pensamiento postmoderno para la Biogenética y para comprender más a fondo “El “Nuevo Paradigma””, presentamos a continuación los rasgos sobresalientes de este sistema de pensamiento.
Comienzo con una alusión sintética a las líneas básicas de las posiciones de autores que me parece están en la base de la Postmodernidad; ellos son Nietzche, Heiddeger, Wittgenstein, Lyotard y Vatimo[1].Para Nietzche Dios ha muerto y la única norma de moralidad es ahora el super hombre con su voluntad de poder. No hay valores universales y fijos ni posibilidad de conocerlos[2].Para Heidegger es verdad que existe un Ser superior, pero es inefable, en cambio se expresa por el lenguaje, no por el pensamiento porque éste ya es una interpretación del lenguaje y hay tantas interpretaciones como lenguajes, por tanto no son verdaderas. La única posibilidad es el oscuro conocimiento místico. El conocimiento técnico ha objetivado al mundo, falseándolo[3].Para Wittgenstein la verdad está en el lenguaje cuando lo que dice de los hechos es científicamente comprobable desde la misma logicidad del lenguaje. Los valores, como no son hechos, no son atingibles. Ahora bien, como la logicidad es también un valor y por tanto no es un hecho; así ni ésta se puede demostrar. Además, hay que atender a la diferencia de lenguajes, al “juego del lenguaje”; técnico, lúdico, político, poético, afectivo, etc.. En cada juego el lenguaje tiene un significado diferente. No hay un común denominador de estos juegos de lenguaje que se pueda conocer. La Filosofía sólo tiene como objeto clasificar los diferentes juegos que existan. Su función es terapéutica, esto es, reducir al lenguaje corriente y cotidiano lo que se expresa en otros juegos de lenguaje. Dios significa que constatamos el hecho de que muchas cosas no dependen de nosotros y sí dependemos de ellas. Dios es todo el mundo independiente de nuestra voluntad[4]. Comentando a los autores anteriores Jean-Francois Lyotard dice que los “metarelatos”, esto es, los pensamientos sintéticos universales de la modernidad como el Iluminismo, el Marxismo, el Cristianismo, el Capitalismo, etc. que dan una síntesis omnicomprensiva, son ineficaces e incomprensibles. No tienen validez alguna. El saber sólo se puede expresar según el juego del lenguaje y consiste en la investigación sobre la inestabilidad, a lo que da el nombre de “Paralogía”. Sólo son válidos los “minirelatos” a los cuales se les da el asentimiento por un consenso temporal de los interlocutores, ya sea en el campo internacional, o político, o afectivo, o sexual, o familiar, o cultural. De aquí resulta una pluralidad que no es reductible a la unidad, que no tiene universalidad. Es una invención anárquica del lenguaje. La universalidad metafísica es sólo una fábula. No hay posibilidad de síntesis entre lo heterogéneo del juego lingüístico. El pensamiento postmoderno deshumaniza al hombre para volverlo a humanizar en la inestabilidad[5].
Gianni Vattimo, es un filósofo de Turín. Interpreta a Nietzche y a Heidegger teniendo como base el nihilismo. Según Vattimo el ser no tiene objetividad, y por tanto no es universal. Existe sólo la actualidad, la historia no existe, ha llegado a su fin, no hay más novedad. El conocimiento no llega al ser y no obtiene la verdad. Se llega a la verdad sólo a medias y resultan así sólo verdades a medias. El instrumento por el que se llega es el sentimiento estético y poético, retórico; del “homo sapiens” se pasa ahora al “homo sentimentalis”. Es como cuando alguien ve un cuadro, según sus diversos sentimientos lo interpreta y por tanto está sujeto a muchísimas interpretaciones. Así es la verdad, cada cual la ve según sus propios sentimientos estéticos y poéticos y la expresa con los diversos juegos del lenguaje. La Televisión, por ejemplo, nos da un conjunto de imágenes, pero no es posible tener un fundamento único y universal que las una. La realidad es el cruzarse de varias imágenes, su contaminarse, sin eje central. La sociedad consiste en emanciparse de la realidad, de las diferencias y en la explosión de la multiplicidad. Esto es, el ser universal, los fundamentos estables, la metafísica han tocado a su fin. Dios existe en tanto es percibido como el Dios del libro, de la Escritura y de la tradición; pero no un Dios de dogmas inmutables, es un Dios poético y estético que cada cual se forma. Especialmente no es el Dios de la Iglesia católica. Así el Cristianismo se seculariza y llega a su ocaso. El hombre recorre el camino desde su centro hacia un término desconocido, “X”. No tiene necesidad de la seguridad extrema que le daba un antiguo mito mágico: Dios. El mundo es un evento de juego de interpretaciones lingüísticas dentro de diversos horizontes concretos. Este nuevo pensamiento se llama “Pensamiento Débil”, que es el único posible, y que se afirma contra el pretendido “Pensamiento fuerte”, que no pasa de ser un mito, una fábula superada por la postmodernidad[6].
Un tentativo de estructurar el pensamiento postmoderno siguiendo las ideas de estos autores pudiera quizá esbozarse en los siguientes puntos:
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Desconfianza acerca del hombre y su pensamiento:
Caída de las grandes síntesis del pensamiento moderno. El pensamiento se ha vuelto débil. Se recurre a las tragedias motivadas por las ideologías de la modernidad que causaron millones de muertes y actos de barbarie. El pensamiento fuerte, pertenece a épocas primitivas de la humanidad, bárbaras, que ya han sido ahora superadas.
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Dominio de la racionalidad estética:
Irracionalismo, el “homo sapiens” se vuelve ahora “homo sentimentalis”. En la modernidad se había divinizado la razón y se volvió un pensamiento fuerte, razón de todas las atrocidades cometidas, por ejemplo en Auschwitz. Ahora se acepta sólo el relativismo de pensamientos conflictuales, encarcelados en el lenguaje.
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El relativismo
Sustituye a cualquier pretensión de un mundo racionalmente ordenado. A la racionalidad científica sustituye ahora la racionalidad estética. La racionalidad científica se fundaba sobre los principios matemáticos y de la lógica, sobre el principio de identidad y de contradicción, sobre la reiterabilidad y verificabilidad de los acontecimientos; estos principios no tienen ninguna validez, hay que buscar otra fundamentación que es la estética. La racionalidad estética se funda en la intensidad de los sentimientos, emociones, admiración y contemplación y la autenticidad de la experiencia, la dimensión sensible y afectiva del amor humano, de las decisiones personales y reacciones instintivas. Para la postmodernidad la verdad no es adecuación con la realidad sino interpretación de la misma en una temporalización del ser. No existe más que la razón instrumental de carácter plural, incrédulo, lúdico, irónico, destructivo, inclinada a las tendencias superficiales de la curiosidad en una fenomenología de signos y apariencias. La verdad se sustituye por el juego de imágenes, la ontología por la semántica, la determinación por la indeterminación, la trascendencia por la inmanencia, los conceptos por la metáfora. En vez del principio de causalidad se aduce el de la relación entre fenómenos. Es absurdo que la religión sea única, en lugar de Dios se impone un genérico divino. Se llega a un nihilismo teórico, a un relativismo ético y a una no normatividad moral.
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El Nihilismo:
Es la filosofía de la nada. Seres, cosas, valores y principios se niegan y se reducen a nada. Es una oficialización de las tendencias destructivas existentes en la sociedad. Se liga en especial con Nietzche. Nietzche distingue dos tipos de nihilismo, el bueno y el malo; el bueno consiste en destruir todos los valores del pasado para edificar otros nuevos que son los del superhombre. El malo consiste en esperar tranquilamente que los antiguos valores se acaben y no suplirlos por los del superhombre. No se puede conocer la verdad, sino solo puntos de vista cambiantes. La voluntad no puede hacer nada bueno. Como Dios ha muerto no hay punto de referencia normativo alguno. La historia no puede tener un autoperfeccionamiento intrínseco. Todo es fugaz y provisorio, por tanto no se puede asumir ningún compromiso serio. Proclama la “Ontofobia”, es la desertificación de todo. La verdad objetiva se sustituye con “puntos de vista”. La vida no tiene valor pues no es irrepetible, se transmuta en la reencarnación, por tanto se puede traficar con ella en la clonación, en los embriones supernumerarios, en la eugenesia, en la eutanasia, etc.
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Desconfianza hacia el futuro:
Todo es caducidad, fragmentación y caos, no hay ningún elemento eterno e inmutable. El presente es el punto de cruzamiento del pasado con el futuro y es lo único que cuenta. Hay una crisis de la temporalidad y un historicismo omnipresente, el pasado es como una especie de fotografías de un museo, fragmentos de simulacros e imágenes. La historia y el pasado son objeto de mercado que se consumen e intercambian. No es posible hacer ningún proyecto a futuro.
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Retorno al misterio y pseudo religiosidad:
No existe Dios sino dioses, muchos salvadores y religiones han sustituido al único Dios salvador. Se prospectan religiones sin Dios y sin Iglesia. Se habla del misterio, pero en una perspectiva meramente superficial, de oscuridades y nebuolsidades. Especialmente se refleja todo en la “New Age”, cuyo “credo” lo resume Jean Vernette en lo que llama “los 10 mandamientos de la New Age”. Estos son: 1. Esperarás con impaciencia la era del Acuario. 2. Creerás en el Gran Cambio. 3. Tu conciencia se despertará atentamente; 4. Te ocuparás de tu cuerpo de manera activa; 5. Seguirás a los maestros respetuosamente; 6. Creerás completamente en lo irracional; 7.Venerarás con fidelidad a la diosa Gaia (la Tierra); 8. Refutarás rigurosamente las religiones existentes; 9. Hablarás de los espíritus con toda naturalidad; 10. Te reirás de la muerte, con serenidad.
Esta religión prefiere que el hombre se haga dios y no que Dios se haga hombre. Dios no es una persona sino la más alta vibración del cosmos o la más elevada expresión de la conciencia trascendental. La verdad es creer: “es verdadero porque tú lo crees”; o bien, “aquello es verdadero con lo que te sientas bien”. Cada uno tiene una iluminación interior. No hay culpa ni pecado, ni redención, ni expiación, ni gracia; no existe el mal, por tanto nadie es responsable del mal. No hay que temer la muerte, pues se da la reencarnación; no la resurrección. La religión consiste en proyectar sus propias expectativas, es una religión a la medida. Es el “pensamiento débil” religioso de una sociedad secularizada e individualista. Se rechaza totalmente el Cristianismo.
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El principio de diferencia:
No hay unidad sino sólo fragmentación, la sociedad se convierte en grupos disímbolos, asociaciones, movimientos. La solidez de partido político, de individuo, de nación, son sustituidos así.
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La tolerancia:
Por la comunicación rápida la sociedad actual adquiere las características de ser pluricultural y pluriracial. Es una sociedad sin equilibrio.
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El mundo:
Se parte de un Ecologismo totalizante que significa el desarrollo sustentable, que se suele conocer como “la Paz Verde” y se coloca como reacción contra los efectos perversos del dominio tecnológico. La afirmación central es que el hombre depende de la naturaleza y no la naturaleza del hombre.
El mundo no tiene ni sentido ni valor, no tiene meta alguna que se lo dé. Está desacralizado. No existe más como creación de Dios sino como universo o universos, como mundos infinitos sujetos a las ciencias, llamadas a descubrirlos, a dominarlos, y en caso de prosperidad, disfrutarlos. El mundo es así incierto, débil y con un futuro impredecible. Es sólo un depósito de cosas y objetos, no tiene ningún orden divino inserto en las leyes de la naturaleza. Las ciencias no miran a la construcción humana sino al progreso como tal; se dirigen a su finalidad práctica, por ejemplo, acrecentar el bienestar, nutrirse mejor, habitar mejor, etc., sin ninguna valoración ética. La técnica y el saber científico son motivados por intereses económicos y contratos comerciales; queda totalmente suprimida la gratuidad. Los horizontes de su esperanza se encierran en lo provisorio y en lo inmediatamente accesible.
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El hombre:
La vida social se encierra en lo económico y lo político. El hombre se siente perdido y sin posibilidad de integración. No tiene ni sentido ni rumbo; es un “turista”, un “vagabundo”, un “extranjero moral”. La función del sentido de todo lo daba antes la religión. Ahora ésta se relega sólo a lo privado, sin ingerencia ni económica ni política. El hombre se pone en el puesto que antes se asignaba a Dios. Se da un nihilismo en el campo filosófico, un relativismo en el campo gnoseológico y moral y un pragmatismo en la vida cotidiana. El hombre no es más el centro de la naturaleza que bajo el dominio de Dios domina todas las cosas, sino una partecita de la naturaleza como las plantas y los animales. Se habla de las cuatro épocas del hombre: en la época moderna se profesaba la subjetividad como fuente de verdad y la libertad como supremo dominio, era la época del “tercer hombre”; ahora se ha pasado a la cultura del “cuarto hombre”. El “primer hombre” fue el de la cultura filosófica griega, el “segundo hombre”, el de la cultura medieval cristiana, el “tercer hombre” el hombre científico de la modernidad; ahora estamos frente al “cuarto hombre”, el hombre del consumo y del audiovisual. No se rehúsa ahora ni la filosofía, ni la religión, ni la ciencia, pero se consideran como juegos lingüísticos en el caleidosopio pirotécnico de un saber no más monológico sino pluralístico y disipado: “Dios ha muerto, sin embargo se puede todavía creer en Dios; las dos cosas en el fondo se equivalen”[7]. Se llega a un sincretismo o a una indiferencia total. Así el hombre postmoderno permanece solo, débil, pobre e inseguro; al perder a Dios ha perdido su propia identidad. es “como un vagabundo que atraviesa el desierto y conoce sólo las pistas marcadas por sus propias huellas, borradas por el viento en el mismo momento que camina”[8]. El primero y segundo hombre eran una síntesis equilibrada de historia y metahistoria. Tal síntesis fue destruida por el tercer hombre que sustituyó la religión y la filosofía con las ciencias. En cuanto a la historia de la humanidad se afirma que no hay más historia, ni pasado con validez. No hay pasado ni futuro, se vive sólo el hoy en el placer y para el placer, por eso vale la pena ser fuerte e insuperable. El sufrimiento, especialmente en la fase terminal, no es agradable, ni bueno, ni útil para nadie, por eso no tiene sentido, hay que eliminarlo por cualquier medio disponible: (suicidio, eutanasia, etc). Se invita a los superhombres, que Engelhardt llama “cosmpolitas” y que serían los expertos en Biogenética, a que realicen la eliminación ayudando al paciente terminal “a morir con dignidad”. El cuarto hombre es un hombre sin calidad. Ha pasado de la tecnología de las necesidades a la tecnología de los deseos. Siente sólo deseos que contentar y satisfacer, no más necesidades. Esto lo puede realizar especialmente a través de la forma tecnológica más adecuada que son los medios audiovisuales. El saber filosófico era propio del primer hombre, el religioso del segundo, el científico del tercero, el saber expresivo, del cuarto. Hay una confusión entre cara y máscara, entre historia y fábula. Los medios de comunicación crean esta confusión de manera que finalmente ni siquiera la fábula exista. Este es el nuevo saber, es el saber del arte o estético. Así se constituye el hombre radical. Este hombre radical profesa un individualismo total, posesivo y anárquico; se manifiesta en una serie de negaciones: es antifamiliar, antimilitarista, anticlerical, antipartidista, antiestatal. A su espontaneidad atribuye un valor absoluto, con las consecuencias socio-políticas de liberación sexual, homosexualidad, feminismo, aborto, divorcio, lucha contra los manicomios, contra las cárceles, contra concordatos, abolición de la enseñanza religiosa, etc. Es el hombre de la anticultura radical. Para este hombre, no es lo mismo persona que individuo. Persona es sólo un conjunto de actividades o propiedades, como las operaciones mentales, la autoconciencia, la sensorialidad, la capacidad comunicativa y la representatividad simbólica. En el caso de que estas actividades no se den, no se es persona sino sólo individuo. Así cuando por ejemplo se mata a un hombre que no es consciente, no se es culpable, pues no se suprime la persona sino un individuo; así explican la licitud de la destrucción de embriones, de la clonación terapéutica, de la eugenesia, la eutanasia, etc.El único mal es la represión. Nadie debe cohibir a nadie. Al dicho “todos somos pecadores” se contrapone “todos somos perfectos”. Cada uno es la medida del bien. Así cada uno puede usar a los demás y a todo lo que exista como objetos para llenar sus propios deseos. Se es así plenamente libre. Sólo se tienen derechos, ninguna obligación. El poder público sólo se legitima por el principio de utilidad. La felicidad es igual al bienestar y al placer que no consiste en llenar necesidades sino deseos, en consumir objetos, cosas, experiencias. El consumismo es el nuevo dios, nada puede existir sino él.
El hombre radical no tiene ningún límite si no es el contrato. La ley no lo vincula porque ésta se dirige al bien común que se niega. Sólo se acepta el contrato como reciprocidad y sólo en el caso de que sea ventajoso, los contratos que no sean ventajosos no se renuevan. Y cuando la parte en desventaja se rebela, se usa la fuerza de cualquier tipo por parte del fuerte y suprime al débil. Así se legitima la producción, comercialización y uso indiscriminado de cualquier clase de armas, y se llega a su sofistificación máxima. Se pasa de la defensa de los derechos del hombre a la defensa del hombre de los derechos[9].
El ambiente en el que vive este hombre es el mundo evolucionado de la alta tecnología en el que los países ricos desean dictar las normas a todos, dentro de la globalización económica computarizada, para vivir a costa del mundo de los excluidos, países pobres que no cuentan más que como potencialidades de explotación-inversión, sea de materias primas o de mano de obra barata. Las inversiones se hallan en manos anónimas de sociedades por acciones en las que el único móvil es la mayor ganancia económica de acuerdo a la variación de los mercados, sin importar los trastornos económicos producidos en los países pobres por la fuga de capitales golondrinos.
En consecuencia tenemos la “ciencia sin conciencia” como expresión del “homo potens”, señor de la vida y de la muerte, quien sin embargo sigue temiendo a la muerte, que ha querido disfrazar, incluso decorando a los cadáveres en las funerarias de lujo, dibujándoles una sonrisa. A pesar de todo, la experiencia comprueba que el “homo potens” en lo profundo se ha vuelto, aunque muchas veces no lo confiese, el “homo pavidus”.
6. El “Nuevo Paradigma”.[10]
El pensamiento de la post modernidad como consecuencia de las corrientes subjetivistas se vuelve ahora un cuadro de referencia para tomar decisiones en todos los dominios de la conducta humana, pero especialmente en el ramo de la Biogenética. Este cuadro referencial que ahora trataremos de sintetizar es lo que se ha dado en llamar por algunos “El “Nuevo Paradigma””.
6.1. Autores
Este “Nuevo Paradigma” se asume en especial en La Organización de las Naciones Unidas, ONU, OMS, y UNESCO, particularmente impulsado por tres ONGs, “Women’s Enviroment and Developement Organization”, “Earth Council Creen Peace” e “Internacional Planed Parenthood Federation”. Se constituiría así la “Nueva Ética” o la “Ética global”. Algunos de sus puntos significativos serían los siguientes:
6.2. Desarrollo sostenible.
El mundo actual no puede seguir como está, después de la guerra fría nos encontramos con situaciones ecológicas insostenibles, vamos hacia una degradación total del planeta debida a la contaminación por residuos tóxicos de todas clases, no excluyendo los radioactivos. Esto nos lleva a un malestar continuo que no puede seguir adelante. Necesitamos llegar al bienestar para todos. Necesitamos llegar a un bienestar global.Este bienestar global sólo es posible dentro de un desarrollo global, pero no el desarrollo como el que hasta ahora se ha dado, éste es un desarrollo que no se puede sostener más; debemos llegar a un desarrollo SOSTENIBLE, esto es, que no degrade más al planeta y en el que mediante un desarrollo armónico se tenga el bienestar para todos, y esté centrado en el pueblo.
6.3. Calidad de Vida.
El bienestar global dentro del desarrollo sostenible es la finalidad de la nueva Ética global. Es la convergencia hacia la cual se dirige el “Nuevo Paradigma”. Este bienestar global es lo que constituye la meta llamada también CALIDAD DE VIDA, y la definen “como la percepción del individuo de su posición en la vida, en el contexto de la cultura y del sistema de valores en el que se encuentra, en relación con sus metas, expectativas, estándares e intereses” . Se trata de un concepto de amplio rango afectado de una manera compleja por la salud física de la persona, su estado psicológico, sus creencias personales, sus relaciones sociales y su relacionabilidad con los datos sobresalientes de su entorno. (WHOQOL). La Calidad de vida cubre seis campos: 1. Salud física, 2. Salud psicológica, 3. Nivel de independencia, 4. Relaciones sociales, 5. Entorno (economía, libertad, seguridad, información, participación, ambiente, tráfico, clima, transporte…) 6. Espiritualidad, religión y creencias personales. Lo básico es la autonomía y la autodeterminación individuales. Se prescinde de obligaciones sociales.
6.4. Nueva Espiritualidad
Las diversas religiones existentes en el mundo no han sido capaces de generar esta Ética global, por tanto, hay que suplirlas con una nueva espiritualidad que tenga como finalidad el bienestar global dentro del desarrollo sostenible. La naturaleza, la tierra (llamada “Gaia”), es divina e inviolable. El hombre es un elemento más que sólo se entiende en armonía con la tierra. No se tratará de una nueva religión, sino de una nueva espiritualidad. Las religiones hasta ahora existentes se preocupan por la otra vida, esta espiritualidad se preocupa por la vida actual, terrena; es una espiritualidad sin Dios, a nivel secular, su última finalidad es la viabilidad del mundo actual y el bienestar del hombre en él. Sin embargo, en esta nueva espiritualidad no se desconocerán elementos válidos que se encuentran en los diversos credos, sino que se recogerán para formar la Ética global. Así, en especial de las religiones de las comunidades indígenas americanas se recogerá el respeto que tienen por la naturaleza y la necesaria interacción entre naturaleza y hombre; del Judaísmo, el concepto de santidad; del Budismo la serenidad e impasibilidad; del Hinduismo el respeto por los animales; del Islamismo, la virtud de la justicia; del Cristianismo, la caridad y la misericordia. A pesar de lo anterior, todas las religiones son iguales de incompetentes para resolver el problema ecológico, no tienen respuestas válidas para esta época de globalización. Hay que luchar contra hegemonías pretendidas y jerarquías dogmáticas que quieran imponer sus puntos de vista; el objetivo es forjar un marco común de conducta que identifique los principios éticos fundamentales para la sociedad global emergente. Se trata de combatir eficazmente la sobrepoblación, la industrialización, la degradación del ambiente, la ineptitud de las instituciones, la polución ambiental, la producción de alimentos, la injusticia social, los extremismos religiosos y otros, la intolerancia y la exclusión social. La nueva espiritualidad trasciende todas las otras espiritualidades y religiones y las combate y reemplaza porque estas espiritualidades y religiones se perciben como bastiones de resistencia contra algunos de los valores y metas del “Nuevo Paradigma”.
6.5. Los Valores
Los valores de la libre empresa, la soberanía nacional, las religiones, los dogmas, la ley natural, los valores tradicionales, deben ser rechazados por irrelevantes y haber creado un vacío ético; hay ahora que dar lugar a los nuevos valores que son los únicos que permitirán vivir en paz.Los valores del “Nuevo Paradigma” son los que inspiran una cultura de la paz: amor, compañerismo, camaradería, compartir, cuidar, proceso de tomar decisiones consultadas, democracia participativa, descentralización, negociación, procesos de arbitrio y adjudicación positiva, no guerra, respeto por la vida, libertad, justicia y equidad, respeto mutuo, integridad. Esta Ética se asienta en cinco pilares: Derechos humanos y responsabilidades, democracia y elementos de la sociedad civil, protección de las minorías, compromiso para la solución pacífica de los conflictos y negociaciones transparentes, equidad intergeneracional.Los problemas a los que hay que dar solución se clasifican en cuatro apartados: el primero versa sobre el reajuste entre el hombre y la naturaleza, el segundo sobre el significado de felicidad, vida y plenitud, el tercero examina la relación entre el individuo y la comunidad y el cuarto ve al equilibrio entre equidad y libertad.Esta nueva Ética es independiente del dogma y de la ley natural. Redefine la conexión entre el conocimiento y la praxis ética; esta conexión no es causal como en las ciencias sino situacional. Esto es, no se necesitan normas evidentes que normen la conducta, más bien, la conducta que hoy se lleve se traducirá en normas de conducta para el futuro. El problema es generar el consenso para que la gente acepte esta nueva Ética global, para ello hay que motivar a todos de la manera más eficaz.Los tres fundamentos sobre los que se construye esta nueva Ética y espiritualidad son los Derechos Humanos, la Salud para todos y la Educación.Los Derechos Humanos se fundan en la total equidad de todos los hombres. Para ello se exige como único remedio aceptable, por una parte la estabilización de la población y por otra parte la transferencia masiva de riqueza de los ricos a los pobres. Para algunos de los sostenedores de esta Ética, el Capitalismo es la raíz de todos los males, es una exigencia del nuevo Orden, oponerse a la globalización económica. Se dice que hay que crear un nuevo Standard de vida común para todos. Se respeta la diversidad de las culturas y al mismo tiempo se pretende imponer una cultura universal.La Salud para todos exige ocho elementos: educación para la salud, nutrición adecuada, agua limpia, cuidados elementales, salud materno infantil, inmunización contra las enfermedades infecciosas más importantes, prevención y control de las enfermedades endémicas locales, tratamiento apropiado de enfermedades y desastres comunes, acceso a los medicamentos esenciales y salud reproductiva. Este derecho se engloba en la seguridad social, conlleva la erradicación de la pobreza, la equidad global social y se lleva a cabo por la gobernabilidad global. Exige atender la educación y las tendencias democráticas.La Educación debe ser una educación para todos y los contenidos del currículo básico de la educación de la población se dividen en cuatro categorías: desarrollo social y económico con énfasis en la demografía social; ambiente y ecosistema tratando en especial de la interrelación entre población y ambiente; sexualidad y complementación personal; y familia y bienestar. Se subrayan los derechos humanos, el desarrollo sostenible, la equidad del género, la seguridad de la salud, la participación, la gobernabilidad, las técnicas para forjar los consensos, la ciudadanía global, la paz, la protección del ambiente, la salud reproductiva. Esta educación debe ser holística y es la clave para obtener el consenso de aceptación del “Nuevo Paradigma”. Como debe ser interdisciplinaria debe generar un proceso complejo. Debe ser formal e informal.
6.6. Principios de la Bioética cerrada al Trascendente
Todo lo anterior hace marco a los principios de la Bioética cerrada al Trascendente. Dentro de esta Bioética, que algunos han llamado “subjetiva”, “autónoma”, se han formulado unos principios generales normativos, para desde allí poder trazar el estudio de la conducta humana en las ciencias de la vida y de la salud, estos principios son tres, a saber:
- El principio de Autonomía,
- El principio de Beneficencia(y en negativo de la no Maleficencia).
- El principio de justicia.
El principio de autonomía significa la libertad del agente moral, que significaría que una acción es buena si respeta la libertad del agente moral y de los demás. El principio de beneficencia quiere decir que siempre hay que hacer el bien y evitar el mal. El principio de justicia, significa que hay que darle a cada quien lo que le corresponde.
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Origen de estos principios
Como de por sí no habrían normas objetivas en esta Bioética, aparece complicada la justificación de estos principios. Algunos los han atacado y dicen haber ya superado el “principialismo americano” (refiriéndose al lugar donde se han formulado). Sin embargo, otros dan una justificación de los mismos. Se dice que su formulación se ha llegado a hacer experimentalmente, viendo qué resultados buenos y qué resultados malos han tenido las acciones que se realizan en el campo de la Bioética, y sintetizando las consecuencias de estos resultados se ha llegado a formularlos.Dan varias explicaciones, o bien renunciar a darlas; las diversas posiciones son las siguientes:
7.1. Teoría evolucionista.
La evolución de las especies continúa cuando aparece el hombre y el hombre sigue evolucionando no sólo en cuanto a su naturaleza sino también en cuanto a su cultura, así para cada etapa de la historia se da una cultura y una Ética diferente. En la etapa actual de la historia, la Bioética se sintetiza en dichos principios.
7.2. Teoría subjetivista.
No es posible conocer los valores, cada quien debe proceder como crea conveniente, y como resultado general de este proceder brotan los principios aducidos.
7.3. Teoría contractualista.
Como la teoría subjetivista nos llevaría a pleno relativismo, hay que aplicar dicha teoría pero motivando un consenso, esto es, ponerse de acuerdo entre todos y por la opinión de la mayoría habría que conducirse; algo a manera de un contrato social entre los miembros de la sociedad. Todos han estado de acuerdo con dichos principios.
7.4. Teoría clínica
Sin embargo, no siempre es posible ponerse de acuerdo, entonces, se dice que se examine caso por caso y se actúe de la manera que mejor se piense.
7.5. Teoría utilitarista
Si se pregunta cuál es esta mejor manera, responden con la teoría utilitarista de costo / beneficio. Que se realice aquello que cueste menos y que llegue a mejor resultado.
7.6. Teoría de los nuevos principios
Alguno opina (Peter Singer) que no hay que estar con los antiguos principios, sino que hay que inventar nuevos. Así por ejemplo, no hay que estar simplemente por el principio “no matarás”, sino por uno nuevo que diga “mata solamente que lo decidas libremente y te hagas cargo de todas las consecuencias”. Los principios aducidos se pueden adoptar como principios éticos siempre que cada quien lo decida libremente y se haga cargo de todas sus consecuencias.
7.7. Problemática resultante
Como podemos ver, en cualquiera de las anteriores explicaciones e llega a un relativismo, no sólo al constatar el pretendido origen de los principios, sino en el examen mismo de los principios. En efecto, el principio de autonomía significa actuar con libertad, pero ello significaría que aquellos que no tienen libertad no deben tomarse en cuenta para esta acción moral, por ejemplo los minusválidos, los niños, los fetos, los embriones. Por otra parte, el principio de beneficencia dice hacer el bien a los demás, pero qué es el bien, ¿qué es lo que verdaderamente le conviene a una persona?, si no sabemos objetivamente nada de lo que puede ser bueno para alguien, no podemos hacerle el bien; lo mismo se diga de la justicia, ¿qué es lo que corresponde a cada quien?. Los mismos principios que se han puesto, considerados en sí mismos, no tienen explicación. Suelen decir que estos principios deben entenderse como principios actuales, esto es, como principios meramente de actuación, y no como principios “prima facie”, esto es, como principios teóricos, pero la dificultad subyace también como principios de actuación, ¿por qué tengo que actuar de esta manera si no es razonable?.Además, cuando estos principios entran en colisión unos con otros, ¿cuál de ellos debe prevalecer?. Por ejemplo, si el principio de autonomía entra en colisión con el principio de beneficencia y éste a su vez con el de justicia, ¿cuál debemos seguir?. Se necesita un principio ulterior, previo a ellos que les dé unidad y que resuelva un posible conflicto. El principio de autonomía y así de libertad, tiene sus límites cuando se encuentra con el bien de un tercero, y el bien de un tercero encuentra también limitación cuando se encuentra con lo que le es debido a otra persona, pero en último término, los principios no dicen qué le es debido. Así algunos han acudido a lo que llaman la Ética narrativa en la que se narran sólo los casos que se suceden uno a uno, y se actúa a ejemplo de cómo se procedió anteriormente; o bien se acogen a lo que llaman “percepción femenina”, esto es, lo que la bondad fina de una persona juzgue conveniente. Así se acercan a otro criterio que le llaman el criterio “de la virtud”, esto es, que alguien con bastante virtud sea quien decida qué es bueno y qué es malo. La virtud dicen que consiste en actuar según la recta razón. Al hablar de la recta razón se están aproximando a la concepción clásica de la Bioética objetiva de la que hablaremos a continuación.
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