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GANANDO A CRISTO

16 Ago
David Wilkerson Today



MONDAY, AUGUST 16, 2010



GANANDO A CRISTO



"Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del

conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo,

y lo tengo por basura, para ganar a Cristo" (Filipenses 3:8).



Pablo estaba completamente cautivado por su Señor. ¿Por qué sentiría él la

necesidad de "ganar" a Cristo? Cristo ya se había revelado a él claramente, y

no sólo al apóstol, sino en su vida. Aun así, Pablo se sentía obligado a

ganar el corazón y el afecto de Cristo.



El ser completo de Pablo, su ministerio, su vida y su propósito en la vida,

estaba enfocado sólo en agradar a su Amo y Señor. Todo lo demás era basura

para él, aun las cosas "buenas".



¿Es esto escritural, preguntará usted, esta idea de ganar el corazón de

Jesús? ¿No somos ya, objeto del amor de Dios? De hecho su amor benevolente se

extiende a toda la humanidad. Pero hay otro tipo de amor que pocos cristianos

alguna vez experimentan. Se trata de un amor afectivo con Cristo, tal como

ocurre entre el esposo y la esposa.



Este amor es expresado en el Cantar de los Cantares. En dicho libro, Salomón

representa un tipo de Cristo y en un pasaje, el Señor habla de su novia de

esta manera:



"Prendiste mi corazón…esposa mía; has apresado mi corazón con uno [mirada]

de tus ojos, con una gargantilla de tu cuello. ¡Cuán hermosos son tus

amores…esposa mía! ¡Cuánto mejores que el vino tus amores!" (Cantares

4:9-10).



La novia de Cristo, consiste en un pueblo santo que anhela agradar tanto a su

Señor, y que vive tan obedientemente y tan apartado del resto de cosas, que el

corazón de Cristo queda apresado. La palabra apresar, en este pasaje significa

"robar mi corazón". La versión Reina Valera del pasaje anterior dice que el

corazón de Cristo es apresado con sólo "uno de tus ojos". Yo creo que "uno de

tus ojos" es la singularidad de una mente enfocada sólo en Cristo.







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¿Lo representamos bien?

16 Ago

¿Lo representamos bien?

En el Evangelio de San Juan se nos da una visión maravillosa del Señor Jesucristo:

Vemos a Dios presentado como el Eterno, hecho Hombre en el Señor Jesucristo, Poderoso, Creador y Sustentador de todo lo creado…

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:1-3)
Esto también lo vemos en Hebreos 1:3…

“El cual siendo el resplandor de su gloria y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”
Vemos a Cristo como la Vida y la Luz, y su efecto sobre nosotros:

“En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” (Juan 1:4)
Esto también lo vemos en 1 Juan 1:1-3…

“Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos manifestó, lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestro comunión verdaderamente es con el Padre y con su Hijo Jesucristo”
Vemos cómo esa Luz ilumina absolutamente la oscuridad humana:

“La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella” (Juan 1:5)
Esto también lo vemos en Efesios 5:8…

“Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz”
Vemos a un hombre como instrumento en las manos de Dios:

“Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz” (Juan 1:6-8)
Esto también lo vemos en 1 Timoteo 1:8…

“Por tanto, no te avergüences de dar testimonio del Señor…”
Vemos a Juan aceptando la misión que se le encomendaba:

“Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Éste es de quien yo decía: el que viene después de mí, es antes de mí, porque era primero que yo” (Juan 1:15)
¿Hacemos lo que se nos ha encomendado? ¿Tenemos un lugar donde mostrar a Dios, su Vida y la luz que nos ilumina? ¿Llevamos su testimonio a otros, para que puedan creer en El?

“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios, los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios… A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer” (Juan 1:12-13, 18)
Recordemos: A Dios nadie puede verlo… Sus seguidores lo representamos a los ojos del resto del mundo aquí en la Tierra…

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