PABLO MOLINA/FUNDACIONBURKE.ORG
No existe nada parecido al “derecho a abortar”, pero aún así el del aborto es un negocio que está promocionando insistentemente toda clase de organismos internacionales, empezando por las Naciones Unidas, como queda de manifiesto en El Imperio de la Muerte, la completa investigación que ha llevado a cabo David del Fresno.
Gracias a las campañas que lanza la ONU, campañas que están llenando las arcas de una plétora de organismos internacionales, ONG y fundaciones, el aborto está poco menos que imponiéndose en buena parte del mundo, sobre todo en los países menos desarrollados.
Hasta las instituciones onusinas menos sospechosas de dedicar su tiempo a la promoción de dicho crimen desempeñan un papel preponderante en esta campaña de alcance mundial, que tiene por objeto convertir el aborto en una herramienta más para el control de la población. Así, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) destina parte de su presupuesto a poner las técnicas abortivas al alcance de menores de edad desplazados. Lo llama, eufemísticamente, “protección de la salud reproductiva”. ¡De seres humanos que no tienen edad para reproducirse!
Los planes para implantar el aborto en el Tercer Mundo no dejan nada al azar; contemplan incluso el ataque sistemático y la difamación de las madres de familias numerosas, esas “inconscientes” que han traído al mundo más niños de lo que consideran pertinente los burócratas de la ONU.
Todo forma parte de esa absurda idea de que la única manera de acabar con la pobreza y el subdesarrollo pasa por limitar la población de los países del Tercer Mundo, para lo cual el Occidente civilizado se ha propuesto imponer unas técnicas de control demográfico más propias de regímenes racistas y totalitarios que de los dedicados al progreso global.
La realidad nos dice que tal idea es profundamente errónea. Nunca el hombre ha vivido mejor que ahora, y nunca ha habido tantos hombres sobre la Tierra. Y es que el progreso necesita el concurso de un capital humano cada vez mayor. De hecho, si la población mundial se redujera a la mitad (cosa que haría inmensamente felices a los burócratas internacionales), el bienestar general se vendría abajo de forma estrepitosa, así como, por razones obvias, las posibilidades de que siguiéramos avanzando en el campo de la tecnología. En otras palabras, podemos ser muchos y ricos o pocos y pobres. La ONU y la miríada de entidades promotoras del aborto eligen lo segundo; lo cual tiene su lógica: a largo plazo, quienes las manejan serán lo suficientemente ricos como para no preocuparse del destino de los demás.
El Imperio de la Muerte es una denuncia muy bien documentada de todo el montaje puesto en marcha alrededor del aborto, así como una espléndida herramienta para conocer sin tapujos el tenebroso destino que las instituciones internacionales están dando al dinero de la gente.
«El Imperio de la Muerte» creo que es un libro de interés para padres, abuelos y educadores en general. Lo considero imprescindible sobre todo para las madres de familia. Felicidades al autor.
Un libro muy pero que muy bueno. Impresionante el capítulo de la OMS. Un diez al libro.
De estas cosas es de lo que se debería hablar en Educación para la Ciudadanía. Que presentaran el aborto tal como es. Creo que este libro debería leerse en los colegios.
Javier Loma:
Muy buena idea
Saludos
Dejando aparte el éxito editorial que ha convertido a este libro en un bestseller y lo han colmado tanto de elogios como de feroces críticas, hay que decir que lo que más destaca es el rigor con que se ha escrito: Sorprende la cantidad y calidad de datos y citas que el autor ha incluído para aseverar sus conclusiones.
Esperemos que esta investigación consiga que la gente se interese más por la defensa de la vida, porque merece la pena. Al fin y al cabo es algo que no sólo es recomendable en los tiempos que corren, sino que se está convirtiendo ya en un acto de autodefensa frente a los dictados del poder.
Yendo a lo que es la investigación en sí, todo empieza cuando el autor realiza unas llamadas para conseguir un aborto fuera de los supuestos despenalizados. Cuando contacta con cada clínica encuentra que el crimen se puede llevar a cabo con absoluta impunidad. A partir de ahí todo se convierte en una investigación apasionante para averiguar quien está amparando y promoviendo estos crímenes. Varias conocidísimas organizaciones van apareciendo a medida que transcurre el relato, dejando patente al lector que no siempre es oro todo lo que reluce.
Hola Alejo.
Gracias por tu comentario.
Bendiciones
El libro es entretenido y en todo momento te hace dudar de si el hombre es un loco o se está volviendo loco. Consigue que te hagas los mismos planteamientos que se hace el autor. Falla si acaso en que profundiza mucho en los temas. Es más un libro de consulta y de reflexión, que un libro de divulgación.