Mis miedos me superan y paralizan

30 Jun

Mis miedos me superan y paralizan

Marcos 14: 32

Todos hemos experimentado, en algún momento de nuestra vida, el miedo hasta el punto de sentirnos morir. Todos nacimos con miedo, unos con miedo a las alturas, a viajar en avión, a la oscuridad. Algunos miedos tal vez los aprendimos en la infancia, porque nuestra mamá o papá eran miedosos y los trasmitieron, e incorporamos sus temores que, aún siendo grandes, nos cuestionamos. Por ejemplo el miedo a quedarse sin dinero, a la locura…

Hay miedos que son:

Normales y, por ellos, nos cuidamos. Por ejemplo, si una persona fue asaltada, quedará con un temor normal, entonces se cuidará más de lo acostumbrado, estará atenta, mirando para todos lados, para que no vuelva a repetirse.
Tóxicos , porque son esos miedos que paralizan o enferman. Si un miedo dura más de un año, es un miedo tóxico.

Hay mujeres que tienen mucha creatividad pero como el miedo las paraliza nunca hacen nada.

Si sos capaz de superar tus miedos, descubrirás la creatividad que hay en tu interior.

El miedo no te permite hacer planes a largo plazo, por eso siempre hacés planes cortos y querés “todo rápido.” El miedo envejece a la persona que lo padece más aceleradamente.

La creatividad y los pensamientos están en nuestro cerebro. El cerebro tiene neuronas que están conectadas entre sí y, cuando tenemos miedo, esas conexiones neuronales se apagan, y, por este fenómeno, se envejece. Por eso, ¡debes superar tus miedos!

Hay miedos que son básicos: a fracasar, al rechazo, a que no te llamen, a que no te busquen, a que no te quieran, a no subsistir, a no llegar a fin de mes, a no ir de vacaciones, a perder el poder, a quedarte sin trabajo, a que te saquen el puesto, a que no te escuchen. Pero debés saber que, todas las mujeres, en nuestro interior, tenemos:

Una mujer heroica y una mujer anti-heroica.

Todas tenemos una heroína adentro y también una mujer miedosa; por eso, a veces actuamos como heroínas y otras con miedo.
Hay situaciones en las que actuamos como muy cobardes, muy miedosas, y, muchas veces, hasta no actuamos, por temor. Por ejemplo, seguís pasando por situaciones conflictivas por miedo a separarte o a vivir sola.

Otro miedo, puede ser a cambiar de iglesia, porque no sabes qué te puede pasar, si Dios se va a enojar con vos. Pero debés saber que Dios no se va a enojar, Él quiere que crezcas espiritualmente, que tengas Su poder sobre tu vida y empieces a ver los milagros. En algún momento de nuestra vida, todas las mujeres somos heroicas y, a pesar de tener miedo, reaccionamos valientemente.
Tu vida no puede estar vacía. Debés tener una vida rica, porque Dios la creó para que tenga un sentido espiritual y ser bendecida en todas las áreas. Aprovechá todas las oportunidades de oro para capturar las bendiciones de Dios.

Cuando se trata de defender a un hijo, somos heroínas; una madre hasta puede llegar a matar con tal de defender a su hijo.
Analizá. Recordá cuántas veces estuviste en situaciones, en lugares difíciles para conseguir algo, y ahora pensás “ni loca vuelvo a hacerlo.” Tuviste valor en esas oportunidades, es decir que estás capacitada para superar cualquier miedo. No tengas miedo al miedo, porque todo lo podés superar en el nombre de Jesús.

Las fuerzas para enfrentar los miedos, las sacamos de la motivación.

Debemos anclarnos en la motivación, no darle lugar al miedo, minimizarlo.

Una mujer que no se motiva, nunca podrá arriesgarse.

Si te atrevés a motivarte, te atreverás a arriesgar. Jesús estaba tremendamente angustiado en Getsemaní, tenía miedo y tristeza, pero Él aceleró el proceso.

Cuando tengas miedo, acelerá el proceso para pasarlo rápido.

No te instales en tus miedos. El miedo es más grande adentro que afuera. Cuando el miedo se instala en tu vida, comienza a dar vueltas en tu interior, se hace un gigante, y te maneja. Por eso, acelerá el proceso.
Jesús le dijo a Judas: “ lo que tienes que hacer, hazlo.” Porque las agonías hay que pasarlas rápido.

Cuando estás embarazada, por ejemplo, a punto de dar a luz, llega un momento en que ya no podés respirar, tenés contracciones y querés que nazca rápido, ¡que sea ya!

¿Cuántos hace que estás dando vuelta en ese miedo? ¿El miedo a tener pareja o a vivir sola; a ponerte un negocio o una empresa? Pasaron los años y el miedo parece un gigante, porque se adentró en vos y comenzó a dominarte; pero sacá tus fuerzas y declará: “miedo, tenés que pasar”; así saldrá la mujer heroica de tu interior y enfrentarás cualquier situación.

¡Cortá con esa agonía! ¡Motivate!

La contra cara del miedo que hoy tenés, es la motivación.

Si no atravesaste la dificultad, es porque no estabas motivada para hacerlo. La motivación debe ser tu compañero para atravesar cualquier miedo.

Jesús fue motivado por una recompensa grande: “nosotros”. Somos la motivación del Señor. Él fue a la cruz porque se motivó al vernos, y dijo: “Vale la pena.”
Jesús nos da las fuerzas para seguir adelante. Sos la motivación de Jesús, no te cuelgues del brazo de un hombre, colgate de Jesús, que Él sea tu motivación.

Hay mujeres que dicen: “Si tuviera un hombre no tendría miedo, porque él cuidaría de mí”, si ese es tu pensamiento, mejor buscate un guardaespaldas (quizás te buscás un “pobre hombre” que tiene más miedos que vos), los hombres no son invencibles. Que tu seguridad sólo sea Cristo.

No esperes que te motiven de afuera, motivate interiormente, y si atravesás una situación difícil, arriesgate en el nombre de Jesús.

Invertí en otro, mientras te ocupás de otra persona, alguien se ocupará de vos.

Hay mujeres que tienen miedo a enfermarse y se obsesionan con cualquier enfermedad; si querés tener salud, ponete metas todos los días.

Una mujer con metas no tiene tiempo para pensar en enfermedades, porque su tiempo lo ocupará en pensar cómo cumplir su meta para alcanzar el sueño que Dios le dio. Y si la enfermedad llegara a su vida, la pasará rápido, porque aún tiene mucho por conquistar.

Mientras le predicás a alguien, otros le predicarán a los tuyos.

Nunca menosprecies las pequeñas motivaciones . Motivate cada día al levantarte.

Cuando escuchás la Palabra de Dios, crecés y también crece la motivación, porque la Palabra cae y quebranta, en el nombre de Jesús, el círculo negativo que hay en tu vida.

Sólo la palabra de Dios te llena de fe para seguir adelante.

Creé en las palabras que salen de tu boca; creé en vos, porque Dios es fiel y estás hecha para producir. Y si estás pasando por tristeza o por angustia, motivate, ya sea con algo grande o pequeño.

El único poder que tiene el miedo, es que te concentres en él.

Cuando te concentrás en “me voy a quedar sola”, “nunca tendré una vida feliz y alegre”, el miedo crece, te domina, paraliza, vacía tu futuro y te envejece. Pero si te concentrás en la motivación, en lo bueno, que Dios está haciendo algo aunque no lo veas, a pesar de que tus problemas sean grandes, podrás atravesarlo.

Debés concentrarte en el mover de Dios, está haciendo un camino nuevo, actuando de na manera distinta a la que conocés, por eso no lo ves, porque no lo conoces.

Concentrate en el mover de Dios, en la mujer fortalecida que saldrá de esta situación, y atravesá tus miedos con esa motivación.

A veces aparecerá una resistencia con el objetivo de que des un paso atrás, pero las mujeres no estamos para dar pasos atrás, sino caminar siempre hacia delante. El problema presenta resistencia para que te hagas más fuerte y, en un momento, no tendrá más importancia.

Mujer: “No importa cuántas guerras se levanten en tu vida, Dios siempre te dará la salida, no te va a dejar en medio de la crisis, vas a salir porque Dios pelea la batalla por vos.

No es que te parecerá todo fácil, pero Dios te va a mandar gente para que te motive.

La motivación te bendice, te prospera, te levanta. Frente al peor miedo se soltará un recurso sobrenatural.

En el cielo hay carros de fuego que avanzan a gran velocidad, van a llegar en el segundo de tu miedo para cuidarte. Dios sabe que tenés miedo. Dios sabe que te paralizó por años. Dios sabe que muchas cosas no haces por miedo, pero los carros de fuego vendrán para ayudarte y llevarte a la bendición, para que sigas adelante y saques la creatividad de tu interior, porque quiere que la muestres al mundo.

Detectá si tu miedo es común o está oculto dentro de tu mente. ¿Miedo a qué tenés? ¿A una enfermedad, a no avanzar, a quedar sola, a la pobreza, a no tener dinero, u otros miedos más complicados? ¿Miedo a que Dios te castigue, a que no te responda, a que no cumpla Su palabra, a perder todo lo que lograste hasta ahora? Y por ese miedo, ¿ te estás atando al dolor, a la rutina y no podes soltarte? Necesitás creerte a vos misma. Elegí algo para valorarte. La vida es tuya, es Gloriosa y Dios te la dio. Con esos años que tenés, con tu experiencia, con lo que te rodea, motivate desde adentro. Usá la fe de que todo saldrá bien , que en algún momento todo debe ponerse en orden, que todo tiene que ser distinto y va a cambiar, que estará a tu favor porque es la promesa de Dios.

Que nadie arranque de tu espíritu la motivación. Declará, bendecíte.

Dios no te dejará en esa situación, te sacará con sus carros de fuego y te elevará alto, en medio del dolor, de la angustia, y te llevará a lugares preciosos. Dios tiene un lugar grande, una fuente para darte de beber. Defendé tu motivación, arriesgate con la sabiduría de Dios y todo lo que hagas te saldrá bien .

El cielo está a tu favor, esa debe ser tu motivación.

Por Alejandra Stamateas

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