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Por qué mataron a José Ignacio Rucci

15 Oct

Bahía Blanca,Bs.As., Argentina
Miércoles 15 de octubre de 2008 | La Nueva Provincia

Por qué mataron a José Ignacio Rucci

UN CASO EMBLEMATICO
«No me queda ninguna duda de que fue Montoneros», dice el periodista Ceferino Reato, autor del libro Operación Traviata, ¿quién mató a Rucci?, que se publicó el 2 de septiembre y ya va nada menos por su sexta edición.
Es que la obra de Reato no sólo plantea que al secretario general de la CGT en 1973 lo mató la organización Montoneros, sino que dos de los miembros del grupo comando aún están vivos, lo cual motivó que la Justicia Federal reabriera la causa.
Además, desde familiares de José Ignacio Rucci hasta el actual titular de la CGT, Hugo Moyano, de estrecho vínculo con el kirchnerismo, reclaman que el crimen sea declarado de lesa humanidad y, por lo tanto, imprescriptible.
En caso de que así fuera caratulado, sería el primer asesinato atribuido a una organización guerrillera que recibiría esa denominación judicial, ya que hasta el momento sólo han sido considerados delitos de lesa humanidad los cometidos desde el Estado argentino, tanto en el período democrático de los años ’70 como bajo el gobierno militar.
Semejante decisión judicial provocaría un fuerte impacto político, debido a que en el gobierno nacional, desde la asunción de Néstor Kirchner hasta hoy, han habido y hay funcionarios que militaron en Montoneros.
El periodista Reato, licenciado en Ciencia Política y actual editor en el diario «Perfil» , explicó más detalles de su resonante libro.
¿Cuál es la idea central de Operación Traviata?
El libro parte de la descripción de quiénes, cómo y por qué mataron a José Rucci el 25 de septiembre de 1973. En aquel momento, Rucci era el secretario general de la CGT y el alfil de Juan Perón en el movimiento sindical. Perón ya había regresado al país después de un largo exilio y acababa de lograr su tercer triunfo electoral, con más del 60 por ciento de los votos. Y el peronismo ya estaba gobernando, con Raúl Lastiri; el peronismo controlaba casi todas las provincias y el Congreso. Los peronistas estaban festejando el triunfo de Perón y el país estaba aliviado, cuando un pelotón de Montoneros mató a Rucci. Según las fuentes a las que tuve acceso y los documentos que pude consultar, no me queda ninguna duda de que Montoneros mató a Rucci.
No fue la Triple A?
No, imposible. La Triple A recién debuta dos meses después del asesinato de Rucci. En todo caso, la Triple A es la consecuencia del endurecimiento político que provocó el crimen de Rucci y de la orden de Perón de expulsar de su Movimiento a todos los «elementos marxistas», como dijo en una reunión partidaria de muy alto nivel días después del atentado. La reacción de Perón fue tremenda y se termina de concretar el 1 de mayo de 1974, cuando rompe definitivamente con Montoneros en la Plaza de Mayo. Creo que sobre la Triple A hay que escribir bastante todavía, porque a menudo se le imputan crímenes que quedan incómodos. Pensemos que también se le atribuyó el asesinato de Arturo Mor Roig, ocurrido también en democracia, a mediados de julio de 1974.
Por qué matan a Rucci?
Creo que fue un mensaje dirigido a Perón: «Sin nosotros no vas a poder gobernar». Es algo difícil de entender ahora, cuando, afortunadamente, no tenemos violencia política. Tenemos problemas, pero no ése, gracias a Dios. En aquella época, por el contrario, se mataba como una forma de hacer política. El asesinato de Rucci es un asesinato político. Se mataba para hacer política como si un crimen tuviera un estatus parecido a una solicitada, una declaración pública, un acto o una marcha.
Claro que no eran sólo los montoneros los que mataban y que no fueron ellos los que comenzaron todo eso. Hay causas que se remontan al autoritarismo del primer Perón, al cruento golpe de 1955, a la proscripción de Perón y del peronismo, al uso que la derecha sin votos hacía de los militares para llegar al gobierno y gobernar, a la torpeza de (el ex presidente de facto, Juan Carlos) Onganía que intervino las universidades, a un contexto internacional y regional muy favorable a la revolución socialista en detrimento de la democracia y del estado de derecho…
Otro argumento fue que Rucci había participado activamente de la matanza de Ezeiza, el 20 de junio de 1973. Lo cierto es que Montoneros no comprendió que el país había accedido a la democracia y continuó operando como si en la Casa Rosada siguiera estando el enemigo.
¿Por qué Montoneros nunca reconoció este crimen?
Lo hicieron pensando en que no lo «firmarían» porque querían golpear a Perón para obligarlo a negociar. No querían acorralarlo. Ellos veían que Perón los estaba dejando fuera del gobierno y del Movimiento y pensaron: «Si la derecha lo apretó en la masacre de Ezeiza y cedió, ahora lo vamos a apretar nosotros y va a tener que ceder». Ese fue el mensaje que la cúpula de Montoneros bajó a las bases, donde hubo muchos que no estuvieron de acuerdo con este asesinato, al que veían como una afrenta a Perón. Este atentado provocó divisiones en Montoneros, que arrastraron a al menos el 30 por ciento de sus «cuadros».
Es un crimen difícil de entender.
Ahora sí, con el partido ya jugado y terminado. En aquel momento, no lo fue tanto. Fíjese que en simultáneo la nueva cúpula de Montoneros, que ya había procesado la fusión con las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), que venían del marxismo guevarismo, saca un documento para explicar esa unión, que consagra un profundo giro ideológico. «La Organización adopta metodológicamente el marxismo leninismo», decía en sus primeros párrafos. Esto es: Montoneros pasa a considerarse la vanguardia armada del proletariado, que es tal porque porta la ideología correcta, que es el socialismo.
Y también por aquella fecha Mario Firmenich da una charla a sus «cuadros», donde dice que la «contradicción principal con Perón es que nosotros somos socialistas y él no», y que de ahí se derivan otras contradicciones secundarias, como que Perón no quiere las milicias populares y ellos sí, o que Perón apuesta al tiempo en lugar de la sangre. Los montoneros creían que la revolución socialista estaba al alcance de la mano y que sólo había que remar más fuerte.
¿Cómo evalúa el crimen de Rucci?
Coincido con la interpretación que ahora hacen los ex montoneros: fue un tremendo error político y el principio de todos los males para su organización, de su conversión en un aparato sólo militar, lo cual facilitó su posterior exterminio.
¿Cómo impacta esto hoy, en el gobierno kirchnerista?
Creo que destroza el mito de la Juventud Peronista como un grupo de ángeles que integraban una ONG que defendía los derechos humanos y la democracia. El kirchnerismo ha construido este relato porque su discurso se arraiga en una visión particular de los ’70. Se consideran herederos de esa generación dorada. Pero muchos ex montoneros no están de acuerdo con esa lectura porque sienten que los están usando para encubrir a gente con la cual no se sienten identificados.
Por ejemplo, a los montoneros se los puede criticar por varias cosas pero no se puede negar que no tomaron las armas para hacer dinero sino por ideales, al contrario de lo que parece suceder con algunos funcionarios y su participación en la política. Y esto no quiere decir que yo avale la teoría de los demonios. Por el contrario, pienso que el terrorismo de Estado, el de la última dictadura, no se puede equiparar con nada.
Dicho esto agrego que también los periodistas e historiadores tenemos que ocuparnos de las organizaciones político-militares como los montoneros con el ánimo de reconstruir la historia de la manera más exacta posible, sin prejuicios ni partidismos.

Bonafini

4 Oct

 Sábado 4 de octubre de 2008 | LaNueva.com |Buenos Aires,Rep.Argentina

Bonafini

 Para ella, José Ignacio Rucci ha sido, en vida, un asesino antes que un asesinado. Lo dijo sin ambages. Con que, o puede probarlo, y ahora tiene que hacerlo, o habrá con cinismo atroz, calumniado a un muerto. Perita en discernir las masacres que están bien de las masacres que están mal, Hebe de Bonafini acaba de acusar a Rucci, en forma pública, de un cargo que ni siquiera sus enemigos han levantado jamás contra él: el de haber ordenado matar a alguien.
     Pero lo curioso es que Hebe de Bonafini, con gélida impiedad, encarga ahora a los descendientes de Rucci informarse sobre qué hizo su padre. Tan luego ella, que junto con otras Madres, nunca han querido informarse sobre qué hicieron sus hijos, ellos sí terroristas.

Investigan el asesinato de Rucci

27 Sep

 

El país|Sábado, 27 de Septiembre de 2008 | pagina12.com.ar
El juez Ariel Lijo ordenó el desarchivo de la causa por el asesinato del sindicalista

Investigan el asesinato de Rucci

La medida no implica una valoración sobre si el hecho fue un delito de lesa humanidad. Fue citado el autor de una investigación sobre el caso. “Veremos si hay méritos para seguir avanzando”, dijo una fuente judicial.

Por Adriana Meyer
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José Ignacio Rucci sostiene el paraguas de Juan Domingo Perón el día de su regreso a la Argentina.

A 35 años de la muerte de José Ignacio Rucci, la Justicia reabrió el expediente que investigó su asesinato. El juez federal Ariel Lijo ordenó el desarchivo de la causa penal para determinar lo sucedido con el ex secretario general de la CGT. Lo hizo luego de recibir el dictamen del fiscal federal Patricio Evers, quien, a su vez, se hizo eco de un pedido de la familia de Rucci. El magistrado ordenó dos medidas de prueba solicitadas en torno a un libro de reciente aparición, que responsabiliza a Montoneros por el homicidio del sindicalista que fue acribillado el 25 de septiembre de 1973 cuando salía de su casa en el barrio de Flores. Más allá del debate sobre si se trató o no de un crimen de lesa humanidad, el abogado de la familia sostiene que el caso no está prescripto.

El juez Lijo citó para el próximo jueves, a las 10, al periodista Ceferino Reato, para que declare como testigo. Reato es el autor del libro Operación Traviata, quiénes mataron a Rucci, el texto en el que se basaron los hijos del ex titular de la CGT, Claudia y Aníbal Rucci, para solicitar la reapertura de la pesquisa. El magistrado dispuso esa medida, además de requerir a Editorial Sudamericana un original del texto, luego de recibir el dictamen del fiscal Evers, aunque ya había dado señales de avanzar con la iniciativa de los Rucci cuando el miércoles pasado aceptó tenerlos en el expediente como “querellantes”. El abogado Jorge Casanovas, que representa a la familia del sindicalista, se mostró satisfecho por la rápida recepción de su presentación. Sin embargo, la reapertura de la causa es una medida de expeditiva realización para los procesos tramitados bajo el antiguo código y no necesariamente significa que el juez se haya pronunciado sobre la viabilidad del caso. “Se pidieron medidas y fueron ordenadas, veremos luego si hay mérito para seguir avanzando”, dijo a PáginaI12 una fuente judicial. Los colaboradores de Lijo entienden que sería complejo demostrar que en este caso se cometió el delito “al amparo de los poderes públicos”, de modo de considerarlo como de lesa humanidad.

Según el artículo 62 del código, la acción penal para este homicidio se habría extinguido en 1988, y de hecho en febrero de ese año la causa se archivó. Pero Casanovas sostiene que “acá la prescripción no corre porque no hubo imputados”. A su criterio, la investigación “tiene que reconstruir los hechos” porque “en los seis cuerpos que fueron archivados hay varias hipótesis pero ninguna respuesta”. Este diario le preguntó si había desechado la posibilidad de plantear la no prescripción a partir de encuadrar el caso como crimen de lesa humanidad. “Eso no está descartado, de hecho hoy escuché a (Gregorio) Badeni, a (Luis) Moreno Ocampo, a (Félix) Loñ decir que estos son delitos de lesa humanidad”, respondió el abogado, ex diputado y ex ministro de Justicia bonaerense durante la gestión de Carlos Ruckauf. De todos modos, expresó que esto se planteará más adelante. “Esperamos 35 años, no vamos a andar corriendo ahora”, dijo. En su libro, Reato menciona que el militante montonero Julio Juan Roque asesinó a Rucci y afirma que dos dirigentes que participaron del hecho aún están con vida, aunque no revela sus nombres.

Durante el gobierno de Carlos Menem, los Rucci cobraron la indemnización que otorga el Estado para las víctimas del terrorismo de Estado o la banda parapolicial Triple A. El beneficio fue otorgado en base a un testimonio que atribuía la muerte del sindicalista a José López Rega y sus seguidores.