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Otro fuerte sismo sacudió a Haití y volvió el pánico

23 Feb

SIGUEN LOS TEMBLORES

Otro fuerte sismo sacudió a Haití y volvió el pánico

Recate de cuerpos en Haití del sismo anterior
Un nuevo terremoto afectó al país devastado. Se produjo en las cercanías de Puerto Príncipe, y fue de 7 grados de magnitud en la escala de Ritcher, la misma medida que devastó la ciudad el pasado 12 de enero.

Un sismo de 7 grados en la escala de Ritcher volvió a azotar a Haití en una zona cercana a Puerto Príncipe, ciudad devastada por el temblor del 12 de enero.

La intensidad del terremoto es igual a la del temblor fatal, de acuerdo a lo informado por el Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS).

Ocurrió a las 1:26 hora local (06.26 GMT) y tuvo su epicentro a 35 kilómetros al suroeste de la capital, según la página web del USGS.

Diez minutos tuvo una réplica con intensidad no precisada. Se desconoce si hay víctimas.

Expertos: No es momento de enviar misioneros a Haití

23 Feb

Expertos: No es momento de enviar misioneros a Haití
By Chuck Holton
Puerto Príncipe, Haití
Monday, February 22, 2010

Muchas iglesias en Estados Unidos y Latinoamérica siguen tratando de enviar equipos de misioneros a Haití. Pero expertos en ayuda humanitaria advierten que, por ahora, deberían permanecer en casa.

Desde su arribo a Haití, muchos trabajadores humanitarios han vivido un caos en el aeropuerto de Puerto Príncipe, durmiendo en el suelo y sin comidas calientes o servicios sanitarios.

En la ciudad la ayuda que llega hace que la infraestructura se sature pero los recursos siguen siendo escasos.

Bill Horan, presidente de Operación Bendición, estuvo de paso por Haití. El asegura que “la seguridad es un tema, no hay buen lugar donde estar, no hay suficiente comida, el agua limpia es escasa y es mejor que lo recursos disponibles sean consumidos por la gente de Haití y no por gente que viene de otros países”.

Según Horan cuando se llega al lugar no hay donde quedarse y aunque la persona conozca alguién en alguna iglesia podría convertirse en una carga que consuma pocos recursos. “Tal vez en unos pocos meses sería una gran idea venir, pero por ahora no es buena idea”.

Por otra parte, tras el arresto de un grupo de misioneros que intentaban trasladar niños haitianos hacia la frontera con la República Dominicana, aumentó la preocupación con respecto al tráfico humano.

Además de esto, elementos criminales han tomado ventaja de la desorganización que reina en la capital.

John Schafer, coordinador de seguridad de “Interacción” – una agencia de la ONU- confirma que la situación de seguridad es muy difícil pues quienes cometen actos criminales se han reorganizado. “Probablemente veas en cada esquina a alguien con un teléfono celular; están enfocándose en la gente más vulnerable. Hay muchos niños vulnerables en las calles, muchos puede que no tengan familiares con ellos o se quedan con tíos y tías. Hacemos lo mejor que podemos para mantener la paz aquí”.

La escasez de recursos, infraestructura y seguridad hacen que este sea un mal momento para traer misioneros a Haití. Bill Horan dice que aún así siempre hay formas de ayudar en la recuperación del país.

“Hay dos formas de ayudar: una es orar por la gente de Haití y orar por los trabajadores humanitarios que están aquí, por su salud y seguridad. Y la segunda es recoger dinero y enviarlo a una organización que ya esté trabajando aquí”.

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HAITÍ, UN PROBLEMA MANIFIESTAMENTE POLÍTICO

20 Feb

VISTO EN:

FUNDACIÓN PROCLADE

¿Qué va a ser del país cuando se retiren las brigadas internacionales, los grupos de apoyo, las ayudas millonarias de estos días? Sin unas mínimas infraestructuras, se enfrentará de nuevo no tanto con un futuro incierto sino con un pasado que nunca ha sido capaz de consolidar. Por esta razón, el problema fundamental de Haití no es de ayuda económica, sino las cuestiones de fondo que permanecen intactas. Enumerarlas ha sido el trabajo de los propios analistas haitianos que no tienen pelos en la lengua y han sido, tal vez, más lúcidos y crueles consigo mismos que yo pueda parecerlo ahora. La primera grave carencia es la excesiva dependencia económica del exterior. Incluso para la adquisición de los alimentos básicos como es el arroz, el aceite para cocinar, el azúcar y por supuesto al petróleo, que ahora generosamente surte Venezuela con precios políticos. Estos capítulos rozan el 60% de dependencia.

Mientras esta realidad no hiera la dignidad de Haití frente a su propia imagen de “mendigo permanente” de las instancias internacionales y las “remesas” familiares, será imposible que se dé una reacción saludable de la que brote una nueva y radical forma de hacer política.

Otra grave carencia se manifiesta, por ejemplo, en el éxodo masivo de profesionales haitianos hacia Canadá o EE.UU. Se habla de listas de espera en la Embajada canadiense, o de USA de más de 30.000 de ellos. La fuga de cerebros ha sido constante y sigue imparable. Peor aún, la fuga de brazos, tal vez los más fuertes y decididos, es también una sangría permanente: República Dominicana tiene más de 800.000 hasta alcanzar prácticamente los tres millones de migrantes en el mundo entero. ¿Cómo puede subsistir un país del que emigran los hombres y mujeres más dotados?

De los grupos sociales que permanecen en el país, el más significativo por su poder económico, tal vez no alcanza el 10% de la población y que percibe un índice importante del PIB, se desentiende de su estado de postración. Sin duda han puesto en marcha algunos negocios muy rentables, pues apenas tienen que pagar impuestos y contratan a los trabajadores por salarios casi miserables. ¿Cómo puede crearse en el país una incipiente clase media con estos salarios de miseria? El resto de la población intenta sobrevivir a base del trabajo informal, casi en un 80%, vendiendo frutas, legumbres y chucherías. Para mí, Haití es uno de los países del mundo con menos productividad y valor añadido. Millones de personas malviven al paso de los días con estas ínfimas ganancias.

¿Qué clase de cultura puede generar esta forma de vida? ¿Qué calidad puede tener la enseñanza universitaria, casi sin los medios más precisos? La huelga de los estudiantes de Medicina y Farmacia cumple ya un año, mientras siguen reclamando que ciertos cursos no se conviertan en simples seminarios. Sin biblioteca, sin medios para el transporte, sin facilidades para el comedor y pocas becas, los más decididos optan por ir a Cuba a estudiar medicina.

Los Partidos políticos mantienen este nombre pero apenas si puede decirse que lo son. Más bien son grupos de presión, con ciertos intereses políticos muy particulares, por no decir personales, sin casi un programa que ofrecer a la ciudadanía y en ocasiones con candidatos que están bajo sospecha de haber cometido algún delito. De nuevo, con esta “cultura política” ¿qué futuro nuevo puede ofrecerse al país que tiende a ignorarlos casi por completo? Después de este terremoto, no sé si habrá capacidad de celebrar las elecciones al Parlamento y a un tercio del Senado. Nadie ha dicho nada aún acerca de alguna alternativa razonable que evite el vacío de poder legislativo. Parece que los Diputados ya han solicitado prolongar su mandato dos años más.

Sin una o varias nuevas generaciones de políticos, con nueva visión, tal vez al estilo del primer tiempo de Aristide (y por esto algunos gobiernos foráneos se preocuparan por desplazarle), y de fuertes organizaciones cívicas, urbanas y rurales, y tal vez unos municipios con mayor autonomía de acción, va a ser difícil dar un vuelco a una situación tan precaria y casi caótica, como corre el riesgo de convertirse la etapa que nos espera. Creo, sin embargo, que existe una verdadera capacidad organizativa desde las bases populares demostrada en un pasado no demasiado lejano, en los años 60 hasta los 80, que luego desaparecieron…

Los actuales movimientos populares espontáneos (a causa de la hambruna), si se logran canalizar, podrían ser una fuente de energía y de control político y social, desde las bases mismas de la sociedad. Y si no se consigue, cabe el riesgo de una explosión popular de consecuencias imprevisibles. Esta falta de liderazgo pleno y honesto marca hoy por hoy en profundidad un Gobierno que en las 24 primeras horas después del terremoto no había dado aún señales de vida y sin haber creado un gabinete o algo parecido para gestionar la crisis que se había venido encima.

Finalmente quiero destacar (dejando a un lado porque desconozco cómo se mueve en el país el narcotráfico), la fuerte corrupción que permea las diferentes instituciones, especialmente la Justicia. Sin duda se había hecho últimamente un esfuerzo por reducirla. ¿En qué quedará ahora en un país destrozado? Pero no se trata tan sólo de corrupción institucional. El pueblo participa, incluso sin darse cuenta y esto es lo peor, de este juego peligroso que no permite ser transparente en la misma vida diaria. La pobreza misma, tan evidente en todas sus manifestaciones, llega incluso a impedir la propia libertad individual y lleva a reaccionar en la vida diaria a base de compulsiones, de actitudes de autodefensa por todos los medios, para salir precisamente de la pobreza que ahoga una mínima seguridad en la vida personal, familiar y del propio clan o grupo humano al que se pertenece.

No quiero acabar esta reflexión sin referirme al papel que están ejerciendo las numerosas ONGs que pululan en el país, sin duda con buenas intenciones pero sin atender al fondo del problema. Mi convicción es la siguiente: sin unas ONGs lúcidamente politizadas, es decir, conscientes de las consecuencias políticas de sus actividades, más bien retrasan e impiden que Haití sea capaz de valerse por sí mismo.

Concluyo: el esfuerzo de imaginación, creatividad y coraje político que Haití ha de desarrollar a partir de ahora es tan grande, que temo corra el peligro de caer una vez más en los brazos de ciertas “solidaridades”, que éstas sí tienen muy claro cuál es su objetivo “ayudando” a la “reconstrucción” de un pueblo que merece otro destino.

Tres o cuatro pinceladas de esperanza: cada mañana, multitud de niños y jóvenes se dirigen a la escuela con sus variopintos uniformes, a pesar de que todavía existe un 40% sin escolarizar. En las dos Universidades más importantes de la República Dominicana estudian más de 6.000 jóvenes haitianos. El mundo artístico haitiano, historia, literatura, poesía, pintura, novela, música, es de una riqueza extraordinaria. Falta, a mi entender, una inquietud política de fondo, una denuncia y una pasión implacables de lo que observan a su alrededor.

Mientras escribo, en estos días en plena labor de rescate de víctimas y entrega de alimentos indispensables, se están celebrando reuniones en nombre de la sociedad civil, para reflexionar cómo enfocar la vida del país en el futuro. Me queda, sin lugar a dudas, la hermana pequeña, la esperanza, como solía decir Charles Péguy. Ella seguirá acompañando a quienes amamos a este pueblo, a pesar de acontecimientos tan devastadores como el terremoto que acabamos de padecer.

Ramiro Pàmpols. Director adjunto de las escuelas rurales Foi et Joie en Port-au-Prince, enero 2010.

copiado de radiocristiandad.wordpresss.com

Obispo haitiano indica: nuestra desolación no es «maldición» de Dios

9 Feb

Obispo haitiano indica: nuestra desolación no es «maldición» de Dios
11:41 31/01/2010
Teófilo de Jesús

Amigos: esto de acuerdo a ACIPrensa:
El Obispo de Les Cayes, Mons. Guy Poulard, explicó que la tragedia ocurrida en Haití el pasado 12 de enero constituye «un fenómeno natural» y no un castigo divino. «Nuestra actual desolación no es una maldición de Dios», dijo.

En un mensaje a los haitianos y a los familiares de las víctimas del terremoto, el Prelado de Les Cayes mencionó que esta catástrofe no es «una retribución por parte de Dios». Comentó también que las interrogantes sobre el rol de Dios en cuanto al desastre, tendrían lugar si se viviera en los tiempos del antiguo testamento, y agregó «la Palabra de Dios nos ilumina más, Él no hizo esto para torturarnos».
Mons. Poulard citó el evangelio de Juan para aclarar las dudas: «Porque de tal manera amó Dios el mundo, que dio a su Hijo Unigénito, para que todo aquél que cree en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque no envió Dios su Hijo al mundo para juzgarle, sino para que el mundo se salve por El«.
Refiriéndose luego a la reconstrucción de Haití dijo que el camino va a ser largo y difícil. «Necesitamos rezar. Necesitamos mucha oración, y no la clase de oración que culpa a Dios por lo sucedido (…) sino la clase de oración que hace un niño por su padre, una oración clarificadora, reveladora, una oración pidiendo qué hacer».
El Obispo de Les Cayes reiteró su convicción de que Dios está con el pueblo de Haití. «El Espíritu Santo nos ayuda en estos tiempos difíciles. Tenemos una ardua tarea: muchos han muerto, otros siguen desaparecidos, varios edificios estatales y eclesiales se han derrumbado. ¡Pero nosotros seguimos vivos! La antorcha de la esperanza ha sido encendida, trabajemos juntos para reconstruir Haití», concluyó.
Comentario.

Se ha puesto de moda en varios sectores protestantes y hasta ortodoxos en culpar a los haitianos de su corriente desgracia. Todos sabemos lo que dijo el reverendo evangélico Pat Robertson, que sin mencionar a Dios directamente, dijo que el sismo era consecuencia de un «pacto diabólico» que los haitianos ejecutaron en el siglo XIX para lograr su independencia de Francia.
Más recientemente el Patriarca de Moscú, Cirilo, hizo una afirmación similar, culpando «al crimen, las drogas y a la corrupción» del terremoto haitiano.
Esto no es nada nuevo, ni se limita solamente al campo cristiano. Me recuerdo claramente cuando el Dalai Lama, de invitado en el programa de CNN, Larry King Live, respondió a la pregunta de «por qué» la ciudad de Nueva Orleáns fue azotada por el huracán Katrina, el líder budista respondió con una explicación de que cómo el karma no es algo simplemente individual, pero que se agrega y acumula y luego, se equilibra inexorablemente. En otras palabras, el «karma» colectivo de los neoorleandeses – negativo, sin decir más – fue balanceado por el desastre que ellos atrajeron hacia sí.
El Dalai Lama es un niño favorito de la prensa «progresista» estadounidense y nadie dijo ni «ji» cuando el Dalai Lama básicamente responsabilizó a los residentes de Nueva Orleáns de Katrina. Pero Pat Robertson no es santo de la devoción de los medios y la prensa no tiene escrúpulo alguno en demonizarlo. Su reacción hacia el patriarca ortodoxo moscovita queda por verse.
Para mí la cuestión es la siguiente: toda afirmación, venga de quien venga, que diga que Dios está castigando al pueblo haitiano por su iniquidad, o que el desastre es consecuencia de un desbalance kármico – que es decir lo mismo con diferentes palabras – es una afirmación francamente estúpida.
Dios dotó a su creación de una libertad intrínseca de desenvolverse dentro de sus propias leyes. Los terremotos son consecuencias de las leyes que gobiernan las placas tectónicas y no un acto vengativo por parte de un dios que busca castigar y amedrentar a sus súbditos. Dios no juega un jueguito de sobremesa en donde progresa de la amenaza al castigo hacia la muerte en masa para ejercitar de este modo su ego sadista. Total, que Dios tiene maneras más eficientes de «castigar»: El simplemente nos puede reducir a la nada total sin tener que tirar los dados ni mover sus piezas en el tablerito de la muerte.
Quien piensa de este modo no piensa en Cristo.
Porque Cristo murió por los pecados de los haitianos; Cristo conoce muy bien lo que es caer bajo el peso de una pesada viga de madera; Cristo sabe lo que es levantarse del suelo bajo ese peso tras heridas indecibles. Dios mismo, en su persona, cargó estos pecados. Decir que los haitianos tenían que repagar el balance muriendo y sufriendo bajo un terremoto es insultar a Cristo en la Cruz.
La manera en la cual Dios se manifestará en Haití dependerá en la medida en que nosotros seamos sus ojos, manos y pies prontos a salvar, sanar y cuidar las víctimas de este desastre natural. En la medida que lo alcancemos, Dios vencerá; en la medida que fracasemos, Dios fracasará. Vayamos, pues, a ser los ojos, las manos y los pies de Dios en el sufriente país de Haití y que aquellos que busquen echarle la culpa del sismo a este pueblo mejor que guarden silencio.
Fuente bibl:
http://vivificar.blogspot.com/2010/01/obispo-haitiano-indica-nuestra.html

Tragedia en Haití: Al menos 92 muertos por derrumbe de una escuela evangélica

12 Nov

 


Tragedia en Haití: Al menos 92 muertos por derrumbe de una escuela evangélica
Martes 11 de Noviembre de 2008
Policial
Haiti

350 eran los niños que se encontraban en el edificio, por lo cual pueden ser más de 100 los que permanecen atrapados, con pocas esperanzas de ser hallados con vida. El pastor propietario de la escuela está detenido.

Al menos 92 personas, muchas de ellas niños, murieron a causa del derrumbe de una escuela cristiana evangélica de Nerettes, periferia de Puerto Príncipe, según un nuevo reporte del área de Protección Civil, mientras fue arrestado el propietario del establecimiento.

La jefa del área de Protección Civil, Alta Jean-Baptiste, advirtió en declaraciones a Radio Kiskeya que al parecer eran 350 los niños que se encontraban en el edificio, por lo cual pueden ser más de 100 los que permanecen atrapados, con pocas esperanzas de ser hallados con vida.

Desde anoche, sostuvo la funcionaria, cuando eran 84 las víctimas mortales, fueron localizados otros cuerpos que fue imposible retirar.

Asimismo, son más de 150 las personas heridas, 40 de ellas de gravedad, asistidas en centro sanitarios.

La cantidad de víctimas mortales puede incrementarse con el correr de las horas, ya que son numerosas las que permanecen atrapadas en los escombros.

El propietario de la escuela evangélica «La Promesa», el pastor protestante Fortin Augustin, fue arrestado tras el derrumbe del edificio, que se produjo el viernes.

Augustin, según fuentes judiciales y de las fuerzas de seguridad, dijo que realizaba en forma personal las tareas de construcción, sin necesidad de ingenieros, y atribuyó su decisión a su «experiencia».


Tragedia en Haití: Al menos 92 muertos por derrumbe de una escuela evangélica

11 Nov

Tragedia en Haití: Al menos 92 muertos por derrumbe de una escuela evangélica
Martes 11 de Noviembre de 2008
Policial
Haiti
 


 

350 eran los niños que se encontraban en el edificio, por lo cual pueden ser más de 100 los que permanecen atrapados, con pocas esperanzas de ser hallados con vida. El pastor propietario de la escuela está detenido.

 

(NoticiaCristiana.com)  Al menos 92 personas, muchas de ellas niños, murieron a causa del derrumbe de una escuela cristiana evangélica de Nerettes, periferia de Puerto Príncipe, según un nuevo reporte del área de Protección Civil, mientras fue arrestado el propietario del establecimiento. 

La jefa del área de Protección Civil, Alta Jean-Baptiste, advirtió en declaraciones a Radio Kiskeya que al parecer eran 350 los niños que se encontraban en el edificio, por lo cual pueden ser más de 100 los que permanecen atrapados, con pocas esperanzas de ser hallados con vida.

Desde anoche, sostuvo la funcionaria, cuando eran 84 las víctimas mortales, fueron localizados otros cuerpos que fue imposible retirar.

Asimismo, son más de 150 las personas heridas, 40 de ellas de gravedad, asistidas en centro sanitarios.

La cantidad de víctimas mortales puede incrementarse con el correr de las horas, ya que son numerosas las que permanecen atrapadas en los escombros.

El propietario de la escuela evangélica «La Promesa», el pastor protestante Fortin Augustin, fue arrestado tras el derrumbe del edificio, que se produjo el viernes.

Augustin, según fuentes judiciales y de las fuerzas de seguridad, dijo que realizaba en forma personal las tareas de construcción, sin necesidad de ingenieros, y atribuyó su decisión a su «experiencia».

Haití: 84 muertos por el derrumbe

11 Nov

El desastre que sacude al país caribeño

Haití: 84 muertos por el derrumbe

Siguen las tareas de rescate en la escuela colapsada; testimonio de un argentino

Domingo 9 de noviembre de 2008 | Lanacion.com

84 muertos por el derrumbeResidentes de la zona, entre los escombros Foto: Reuters

 

PUERTO PRINCIPE.? En una tragedia que conmovió a Haití, el país más pobre de la región, que recientemente fue devastado por la tormenta Hanna, cuadrillas de rescate extrajeron ayer más cadáveres de niños y adultos de los restos de una escuela que se derrumbó anteayer, lo que elevó a 84 el número de víctimas fatales.

Los rescatistas hallaron un aula ocupada por los alumnos y su docente, dijo ayer Claire Lydie Parent, la alcaldesa de Petionville, la localidad residencial en las cercanías de la capital haitiana donde ocurrió el derrumbe. La escuela afectada, el colegio La Promesse, tenía en ese momento 700 personas en su interior, entre alumnos y profesores.

Parent añadió que ayer se hallaron los cadáveres aplastados de por lo menos 17 estudiantes, en tanto que continuaba la búsqueda de víctimas, con ayuda de las tropas de paz de las Naciones Unidas, incluidas las fuerzas argentinas y de la Cruz Roja.

El director del servicio de emergencia del Hospital de la Universidad del Estado de Haití, Ronald Georges, confirmó que la morgue del nosocomio había recibido 80 cadáveres. Agregó que 24 personas con heridas graves eran atendidas en la sala de emergencias del hospital, al tiempo que Médicos sin Fronteras trataba a más de 80 heridos, muchos de ellos graves.

El presidente haitiano, Rene Préval, advirtió que muchos otros edificios presentan un riesgo similar de derrumbe. Préval dijo que la construcción endeble, debilitada todavía más por la falta de refuerzos de acero, era la causa de que el colegio se hubiera venido abajo anteayer. Añadió que muchos edificios en todo Haití son peligrosos debido a la mala construcción y la falta de supervisión del gobierno. «No son sólo las escuelas sino donde vive la gente, sus iglesias», dijo. El comisionado de policía Francene Moreau afirmó que el ministro que administra la escuela operada por la Iglesia podría enfrentar cargos criminales.

Miles de personas presenciaban ayer las tareas de rescate y vivaban cada vez que era rescatado un estudiante con vida. Uno de los alumnos lloró al ser depositado en una camilla y se hizo la señal de la cruz una y otra vez.

Los padres de los alumnos dijeron que trabajan incansablemente todo el año para poder pagar la matrícula de la escuela, de 1500 dólares, con la esperanza de que los estudios permitan a sus hijos escapar de la pobreza en el que está sumergida Haití..

Relato de un argentino «La gente está bastante consternada. A tantos problemas que tiene se le suma un problema más», dijo a La Nación desde Haití el teniente coronel Marcelo Martínez Lacerna, oficial de información del Contingente Conjunto Argentino en el empobrecido país.

Según explicó el militar, el hospital militar reubicable y la unidad aérea argentinos en Puerto Príncipe, que forman parte de la misión de la ONU para la estabilización de Haití (Minustah, por sus siglas en inglés), fueron alistadas tras el derrumbe de la escuela, para que estuvieran preparadas ante cualquier necesidad.

«La unidad aérea, que tiene rescatistas que pueden accionar desde el aire, sobrevoló la zona con un helicóptero Bell 212 ?añadió?. Pero luego se evaluó que no era conveniente efectuar ese tipo de rescate».

Agencias AP y EFE